Grant te agradece la atención

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12 de junio de 2011

La κατάϐασις de Enheduanna



En el siglo XXIV antes de Cristo, al sur de la actual Irak, se encontraba la ciudad de Ur. Allí vivió Enheduanna, la primera persona que firmó sus obras en la literatura universal, el primer autor que tenemos atestiguado en la Historia y que escribió sus obras sólo 400 años después de que el cuneiforme apareciese.

  EN               HÉDU               AN          NA
 Suma Sacerdotisa ornamento del Cielo

Para ir cerrando la etapa radiofónica de La Tabla Esmeralda, qué mejor que remontarnos a las primeras expresiones literarias de la Humanidad, acudir a la literatura más antigua que tenemos atestiguada de momento. 
Entonces, en plena fundación y desarrollo del también primer imperio histórico, el Imperio Acadio, Enheduanna escribió una serie de poemas e himnos religiosos de los cuales hemos seleccionado el que más se acerca a la temática de nuestro blog: el pavoroso y escalofriante Descenso de Inanna al Inframundo.
Pero antes debemos presentaros a su autora y lo vamos a hacer a través de las propias palabras de sus contemporáneos, escritas en un disco de calcita descubierto en 1927 por el arqueólogo británico Sir Leonard Wooley:

Enheduanna, Suma Sacerdotisa, esposa del dios Nanna, hija de Sargón, Rey del Mundo, en el templo de la diosa Inanna


Enheduanna fue la Suma Sacerdotisa de Nanna o Sin, el dios sumero-acadio de la Luna que era además el dios principal de Ur, y de la diosa Inanna, más tarde conocida como Ishtar, que era la deidad patrona de su familia. Desde luego no nos encontramos frente a un personaje de perfil medio. 
Hija del primer emperador conocido, Sargón el Grande o el Acadio, ocupó la cúspide de la jerarquía sacerdotal de su país, con los enormes poderes y responsabilidades políticos que conllevaban, así como diferentes y no menos importantes competencias y obligaciones científicas, astrológicas, agrícolas e incluso pesqueras. 
Su padre no la ubicó al sur del Imperio de manera azarosa, era la manera de controlar sus territorios, que abarcaban desde el Golfo Pérsico, Elam (suroeste de Irán) hasta Siria y Turquía, porque no fueron tiempos tranquilos en muchos aspectos y no solamente en Mesopotamia.
Las primeras civilizaciones humanas a finales del tercer milenio antes de Cristo sufrieron fuertes caídas en la producción agrícola, también se produjo un gran retroceso en el comercio y las vías principales de comunicación se interrumpieron. Desde la cuenca del Indo, Egipto, la península de Anatolia hasta el Mediterráneo, se han recopilado datos que sugieren una serie de cambios climáticos a nivel global bastante severos así como catástrofes (¿meteoritos?, ¿cometas?) y grandes terremotos. Estos graves eventos probablemente desestabilizaron profundamente las sociedades y fueron el germen para las migraciones e invasiones de otros pueblos, así como también conflictos entre los diversos poderes establecidos que desembocaron en crisis, revueltas y guerras. En Egipto, por ejemplo, el Reino Antiguo colapsó dando lugar al que es denominado Primer Periodo Intermedio, un momento bastante oscuro y anárquico de su historia.

Estos tiempos turbulentos, se plasmaron en Mesopotamia a través de diferentes enfrentamientos, entre los cuales podemos citar la derrota del anterior monarca sumerio Lugal-za-gesi y su posterior escarnio: fue cegado, castrado y colgado en una jaula en las murallas de la ciudad de Nippur; las distintas rebeliones tras la muerte de Sargón, los asesinatos de sus sucesores, Rinshu y Manishtushu (hermanos de Enheduanna) o el espantoso terremoto que desoló el país tras ascender al trono Naram-Sin (sobrino de nuestra protagonista).
Enheduanna se impregnó inevitablemente de todos estos sucesos trágicos, expresando sus  vivencias desafortunadas en sus propias obras, como así ocurrió cuando fue expulsada del templo y de la ciudad humillantemente (más tarde fue repuesta) y escribió en su poema La Exaltación de Inanna.
Este contexto crispado e inestable afectó a su obra escrita, apreciándose una clara evolución en su tono desde los himnos, seguramente en una etapa más serena, donde en la mayoría de ellos refleja a la diosa Inanna como deidad de la fertilidad, la vida y el amor, hasta que conforme se van empañando los acontecimientos, ese matiz más benévolo se resquebraja apareciendo la Inanna guerrera, brutal, señora de leones y de revelación fúnebre.

Inanna y su mascota felina del ramal

Porque es en estos momentos cuando Inanna (más tarde conocida como Ishtar), Señora del Cielo y la Tierra, comienza a asimilar las características bélicas y violentas que la convertirán en una diosa de la guerra. Porque es esencial aclarar también que la religiosidad de los pueblos mesopotámicos no fue monolítica, homogénea y estable a lo largo de los siglos, fue variando.
Inanna comenzó siendo una deidad de la fertilidad, un arquetipo de la diosa-madre, pero gracias en parte al trabajo de Enheduanna, sus atributos fueron más allá. Inanna era la divinidad insignia de un clan guerrero, el sargónida, que tenía que asentar y acreditar su posición en el poder; la diosa custodia de la familia se adaptó a las circunstancias sociales y políticas mutando en una fuerza terrible que restauraba el orden sobre el caos y a su vez se convertía también en la deidad hegemónica del panteón mesopotámico, ya que representaba a la estirpe reinante, llegándose a identificar a la propia Enheduanna con ella. 
Así se manifestaba el triunfo del poder centralista del Imperio Acadio frente a las anteriores ciudades-estado sumerias y la consolidación religiosa de la autoridad del monarca.

Cristalizando esa nueva dimensión de fuerza y combatividad, Enheduanna escribió los poemas La exaltación de Inanna y el que nos atañe hoy: El descenso de Inanna al mundo de los muertos

Ciertamente el ser humano siempre ha sentido gran curiosidad por desvelar qué es lo que se encuentra al finalizar su existencia, qué sucede, si hay algo más; y las manifestaciones más tempranas sobre estas inquietudes se plasmaron en el ámbito religioso. Este poema no es una excepción y aunque no es concretamente una pieza esjatológica, sí es una de las fuentes más antiguas que poseemos que detalla el viaje y regreso de una conciencia al territorio de los Muertos, con los pertinentes pormenores sobre el lugar. La primera κατάϐασις escrita que será seguida por muchas más a lo largo del tiempo: Orfeo, Jesús, DanteLemminki o el mismísimo Frodo y su viaje a Mordor.

Dante disfrutando de une saison en enfer

Este poema nos relata cómo la Señora de los Cielos, por razones no muy claras, decide descender al Gran Abajo, donde su gemela, opuesta y enemiga, Ereshkigal, gobierna a los muertos. 
Antes de partir, ordena a su leal lugarteniente Ninshubur que si no regresa, ruegue a los dioses (Enlil, Nanna y Enki) que la ayuden a volver a la vida. 
Así que vestida con sus mejores galas y símbolos de autoridad, corona, cetro de lapislázuli y demás ornamentos, va cruzando las siete puertas que conducen al Inframundo, donde en cada una de ellas, le van arrebatando esos atributos de su poder hasta que se presenta delante del trono de su hermana Ereshkigal desnuda y doblegada. Allí es juzgada por los Anunnaki, que en esta obra y periodo son siete, residen bajo tierra y juzgan a los muertos
Los Anunnaki sentencian a muerte a Inanna y cuelgan su cadáver de una estaca durante tres días y tres noches. Mientras, Ninshubur acude a los dioses para rogar el retorno de su señora. Sólo Enki responde favorablemente entregándole el Agua y Alimento de la Vida, que permiten resucitar a Inanna y alzarse del mundo de los muertos. Conforme va ascendiendo, pequeños y grandes demonios, los galla, se van uniendo a su paso, como un ejército bajo sus órdenes.

Existen unas versiones posteriores de la leyenda, de época babilónica, donde se añaden más pormenores al relato, como una actitud de Ereshkigal mucho más beligerante, así como la aparición del amante de Ishtar, Dumuzi /Tammuz. Es en esta versión posterior, más rica en detalles, donde aparecen unos versos que declaran qué ocurre con los difuntos en el Más Allá:


Ishtar, hija de Sin , dirigió su espíritu

A la casa sombría, 

A la casa de la que no sale quien entra,

Al camino que carece de retorno 

A la casa en que los que entran, están sin luz,  

Donde el polvo es su vianda y arcilla su comida,

Donde no ven luz, residiendo en tinieblas,

Donde están vestidos como aves, 

con alas por vestido


Aunque la Tierra del no-Retorno para los mesopotámicos no fuera un lugar precisamente feliz, sí que tenían especial cuidado con los ritos funerarios. Si un difunto no recibía el tratamiento justo y adecuado, o fallecía de forma extraña, su sombra podía permanecer en el mundo de los vivos, hostigándolos, propagando enfermedades y alimentándose de su sangre (Rapganmekhab). De ahí que encontremos también en el poema, en la versión posterior, una de las primeras menciones de la historia a criaturas vampíricas:

 ¡ Oh portero abre tu puerta!


¡Abre tu puerta para que pueda entrar!


Derribaré la puerta, destrozaré el cerrojo,

Quebrantaré las jambas, moveré los batientes,

Levantaré los muertos para que devoren a los vivos

para que los muertos tengan plena potestad sobre los vivos
    

Regresando al poema original sumerio-acadio de Enheduanna, una de las características métricas es que está compuesto en verso ritmado y rimado, para ser recitado colectivamente, con fórmulas que se repiten meditadas evidentemente para ser representadas por un coro, e incluso tener acompañamiento instrumental. Porque es importante resaltar este poema como parte de un ritual colectivouna invocación poderosa que no evita ni mucho menos la forma de decreto político. Enheduannacapturando el momento socio-político del Imperio Acadiotrata de impulsar desde su posición, la más alta de la jerarquía pontificia, a Inanna y su culto como religión de estado. Así se va configurando un balance entre rupturas del orden sagrado y soluciones que lo refuerzan, un ritual de la legitimación del orden establecido, de rubricar la dinastía sargónida en tiempos tan complicados donde podría incluso percibirse a su padre Sargón el Grande como un usurpador y advenedizo más.


Sargón I el Grande


Es obvio que El Descenso de Inanna al Inframundo se podría englobar, sobre todo en su versión babilónica, dentro del ciclo de mitos de Muerte-Resurrección o ciclos de la Naturaleza, como el rapto de Perséfone o la muerte de Adonis, pero una interpretación más fidedigna requeriría un análisis más profundo de la sociedad sumeria y acadia. De momento no poseemos más información sobre estas gentes y tampoco parece que la situación vaya a mejorar demasiado en el futuro, así que tendremos que aceptar que Sumer y Acad permanezcan como un verdadero misterio en algunas (y no pocas) facetas.


The Tea Party - Inanna



1 de junio de 2011

¡Feliz Cumpleaños Batman!



En el florido y hermoso mes de Mayo, pero en un ya lejano 1939, Detective Comics, en su número 27, nos presentó al que iba a convertirse en uno de los personajes de la historieta más universalmente conocidos junto a Superman y el Hombre Araña.
Este mes de mayo, el hombre murciélago, Batman, cumple 72 años, ¡felicidades!

Batman iba a llamarse el hombre-pájaro, pero Bill Finger, co-creador de la criatura (aunque no reconocido legalmente) junto a Bob Kane, le sugirió a éste último algo más misterioso y oscuro con forma de murciélago... así nació The Bat-man. Mucho se podría contar sobre la ingratitud de Bob Kane, el creador ampliamente conocido por el público de nuestro protagonista de hoy, hacia Bill Finger, que fue el que esbozó en realidad las características del hombre murciélago que en la actualidad todos reconocemos. 
Hizo una mezcla genial entre Sherlock Holmes, The Phantom o el personaje radiofónico the Shadow, que llegó a ser interpretado por el mismísimo Orson Welles. Lo que es indudable también es la inspiración estética tétrica y siniestra a la que recurrieron ambos, Kane y Finger: la película The Bat de 1926 del director Roland West, donde un asesino enmascarado y cuyo símbolo era un murciélago, iba liquidando uno a uno a los habitantes de una vieja mansión.




Batman, en cambio, nació para combatir el crimen y en muy pocos números lo vimos pelear frente a villanos por todos conocidos como The Joker o Catwoman, así como surtido de su famoso cinturón multiusos, su boomerang, el sofisticado batiplano o batmovil. Bill Finger, a pesar de las reticencias de Bob Kane, sugirió la inserción de un compañero de batallas, Robin, con el cual compartir aventuras como alumno aventajado, lo que resultó duplicar las ventas del cómic. Su Watson particular para continuar con el homenaje al personaje creado por Conan Doyle.

Su mascarada como play-boy y empresario de vida licenciosa y descuidada ocultaba su célebre tragedia familiar que lo impulsó a luchar contra villanos de raleas muy distintas, y todo a través de su propio esfuerzo personal y multitud de cachivaches que lo separaban de otros héroes del tebeo que poseían super-poderes
La tecnología y su fuerza de voluntad se convirtieron en las herramientas para su lucha diaria contra individuos como el Pingüino, Dos Caras y más adelante El Acertijo, Poison Ivy, el tremebundo R'as Al Ghul o la bestia parda de Bane


Julie Newmar, caracterizada como Catwoman, planeando maldades... ¡miaow!


Batman comenzó siendo un vengador violento que combatía incluso a mafiosos como la familia Falcone (aunque no eran sus enemigos habituales), pero tras la Segunda Guerra Mundial, DC Cómics adoptó una línea editorial más blanda y afecta al público adolescente e infantil, lo que tuvo como consecuencia directa un abandono de las facetas más duras y agresivas de nuestro querido murciélago, convirtiéndolo en un respetable ciudadano de estampa paternal.

Durante los años 50, Batman, junto a una gran mayoría de superhéroes y publicaciones, sufrieron el disparatado ataque del psiquiatra germano-americano Fredric Wertham, que con su La Seducción del Inocente (1954), culpó a los tebeos de incitar a la juventud a la delincuencia y corromper a los niños. Este opúsculo de contenidos absurdos, tuvo un gran impacto sobre multitud de padres alarmados, cuya publicación coincidió desafortunadamente además con una investigación en el Congreso de los Estados Unidos sobre delincuencia juvenil, lo que por petición popular involucró a las editoriales de cómics y obligó a instituir la CCA o Autoridad del código de cómics, una medida de autocensura que dió el golpe de gracia a muchas colecciones y abrió de par en par las puertas a la época más edulcorada y dócil de la historia del cómic. 
Una actitud muy propia de la moralina norteamericana y que también inclinaría definitivamente la balanza para hacer del público del cómic meramente infantil, cosa que en sus inicios no era así, y que todavía injustamente se sigue percibiendo: los tebeos son para niños
Pistolas, pin-ups, vampiros, las palabras horror o terror e incluso fuegos artificiales (!!!), fueron eliminados de los cómics, entre otros desatinos.


Wertham asustando a la chiquillería con el Lobo Feroz


Batman, a pesar de que ya había suavizado sus orígenes oscuros, fue también víctima de sus iras: fue precisamente en La Seducción del Inocente donde aparece por primera vez su empalme con el mundo gay
Wertham, como psiquiatra de la rancia escuela que fomentaba el terror lila, acusó a los personajes de Batman y Robin de mantener una relación homosexual encubierta, afirmando que las historias de los cómics eran psicológicamente homosexuales y podían influir negativamente en la infancia por su atmósfera sutil homoerótica.
A causa de todo esto, DC Cómics se vio forzado a incluir a personajes femeninos en las historias de Batman que rebajaran el nivel de testosterona para el alivio de unos padres que consideraban peligrosa la inclusión de tantos penes bajo mallas en una misma viñeta. 
Así aparecieron la tía de Robin, Harriet Cooper, Batwoman y Bat-girl. También las típicas mascotas de la Edad de Plata que todo superhéroe de relevancia debía tener. Superman tenía a Krypto el superperro, y Batman detentó la fortuna de la compañía de Ace the Bat-Hound e incluso Batmito, un serecillo interdimensional que ha dado mucho que hablar.
Pero el mal ya estaba hecho, y la acusación sin ningún tipo de base al respecto, ha llegado hasta nuestros días como motivo de chanzas o desprestigio, cuando en realidad ninguno de los creadores de Batman y guionistas posteriores habían siquiera pensado en atribuirle una tendencia sexual concreta
Quizás Frank Miller sí que se pronunció más al respecto, pero atribuyéndole una obsesión reprimida homosexual hacia el Joker, y todo desde la perspectiva de sus propios guiones bien entrados ya los 80.
Así Batman también se ha erigido como uno de los iconos de la cultura popular gay para defender una identidad sexual tan digna como la hetero. Lo cual ha enriquecido todavía más el de por sí fecundo legado del hombre murciélago.


kiss me kiss me kiss me

Y en los años 60, llegó el momento más delirante y surrealista de la carrera de Batman, una verdadera explosión de luz, color y candor. 
¿La razón? Nuestro hombre murciélago estuvo a punto de ser retirado por su falta de ventas, así que con Carmine Infantino a los lápices, le lavaron la cara, rediseñaron su uniforme y vehículo, y lo lanzaron a la nueva era pop
El debut de la serie protagonizada por Adam West fue el detonante de una de los periodos más populares y estrambóticos de la existencia de Batman, aunque también la más distante de lo que fueron sus orígenes y fundamento.

El festival infantil en el que se había convertido un personaje tan severo y escrupuloso como Batman, no podía dar mucho más de sí y en 1969, Dennis O'Neil y el genial Neal Adams llegaron como el séptimo de caballería para salvarle el cuello a nuestro hombre murciélago y devolverle a sus raíces como sombrío vengador de la noche
El reflejo crudo de la América contemporánea del momento (que ambos llevaron también a otras colecciones como las de Linterna Verde o Green Arrow), alzaron la carrera de Batman hacia una de sus cotas más altas a nivel artístico, solamente alcanzadas, que no superadas, más tarde por Frank Miller en su El Regreso del Caballero Oscuro y Batman: Año Uno en 1986 y 1988. 
Frank Miller, recogiendo el legado de O'Neil y Adams, da una vuelta de tuerca al personaje retrotrayéndonos a sus comienzos y lanzándonos también hacia su futuro con una maestría admirable junto a los indispensables trazos de David Mazzucchelli
Las obras de Frank Miller se convirtieron un uno de los éxitos más rotundos de la industria del cómic.
Alan Moore se uniría a la fiesta también y pariría Batman: The Killing Joke (1988).
Pero no debemos olvidar que a mediados de los ochenta DC se embarcó en un ambicioso proyecto para dar continuidad y coherencia a todo su universo a través de la Crisis en las Tierras Infinitas bajo la batuta de Marv Wolfman, George Pérez y Dick Giordano entre otros, de la cual surgiría el Batman que actualmente conocemos y sobre el que escribieron Miller, Moore o el escocés loco Grant Morrison.
Son momentos de cambios, de decisiones duras y originales, como así sucedió con el segundo Robin, Jason Todd, al que el Joker asesinó cruelmente en el arco argumental Batman: una muerte en la Familia (1989) de Jim Starlin (si hay que matar bien a alguien, llame usted a Starlin), no sin antes haberlo sometido a votación entre los propios lectores.
La desaparición de Jason Todd supuso en la psicología del personaje de Batman un golpe tan duro como el de la muerte de sus propios padres en su infancia.


Jason Todd, odiado por la mayoría de los lectores de la época, había logrado que bajaran las ventas de los cómics de Batman. Actualmente está vivito, coleando y siendo una pesadez como antaño.

Y en esta misma convulsa era en DC y pletórica en Batman, surgieron los largometrajes que lograron que hasta la ancianita más reservada de cada casa supiera quién era el señor con máscara de orejas puntiagudas, larga capa negra y que hablaba entre susurros ominosos.
Tim Burton dirigió con gran presupuesto dos triunfantes versiones de Batman y Joel Schumacher se encargó de otras dos que se acercaban más al espíritu pop del de Adam West.

Pero es el británico Christopher Nolan, director de obras como Memento, el que ha sabido conectar mejor con la personalidad tortuosa y totalmente sociópata de Bruce Wayne, inspirándose en los cómics de Dennis O'Neill o Frank Miller
Así han surgido Batman Begins (2005) y Batman el Caballero Oscuro (2008), a la espera de la próxima The Dark Knight Rises, para el próximo año 2012.

¡El alma de la fiesta!


Pero regresando a los cómics, os queremos recomendar una de las obras más especiales de Batman, Arkham Asylum (1989), guionizada por Grant Morrison y dibujada por el gran Dave McKean
Esta novela gráfica sumerge a Batman en un universo de demencia y violencia, arrebatándole su rol de glorioso paladín y convirtiéndolo en un simple ser humano. A través de la catedral viviente dedicada a la locura que es Arkham, Morrison y McKean nos llevan de paseo por las circunvalaciones cerebrales de un Bruce Wayne vulnerable, obsesionado y no tan distinto de un Joker que hace las veces de anfitrión al estilo del viejo dios Proteo. No merece la pena contar nada más de este Arkham Asylum, porque es cuestión de tiempo que rindamos cuentas de él en una próxima Tabla Esmeralda


Morrison & McKean, todo amor

Y nos habíamos quedado en los años 90, donde Batman ha sufrido aventuras y desventuras del estilo como recibir una soberana paliza a manos de la bestia parda de Bane, que lo dejó en una silla de ruedas en el arco argumental de La caída del Caballero (1993) siendo sustituido por un auténtico carnicero mientras se recuperaba: Azrael.

Actualmente, tras haber sido a priori asesinado por Darkseid, se encuentra viajando por el tiempo y espacio gracias al rayo omega del amo y señor de Apokolips.

No os hemos contado todo lo que Batman se merecería, pero para celebrar su cumpleaños y seguir recordándolo como uno de los personajes más importantes e interesantes del mundo del cómic, ha sido más que suficiente. El resto está, como siempre, en vuestras manos y ganas de ejercitar la cabeza un ratillo leyendo sus gestas.



Siouxsie and the Banshees & Danny Elfman - Face to Face (Batman Returns soundtrack)

La κατάϐασις de Enheduanna

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En el siglo XXIV antes de Cristo, al sur de la actual Irak, se encontraba la ciudad de Ur. Allí vivió Enheduanna, la primera persona que firmó sus obras en la literatura universal, el primer autor que tenemos atestiguado en la Historia y que escribió sus obras sólo 400 años después de que el cuneiforme apareciese.

  EN               HÉDU               AN          NA
 Suma Sacerdotisa ornamento del Cielo

Para ir cerrando la etapa radiofónica de La Tabla Esmeralda, qué mejor que remontarnos a las primeras expresiones literarias de la Humanidad, acudir a la literatura más antigua que tenemos atestiguada de momento. 
Entonces, en plena fundación y desarrollo del también primer imperio histórico, el Imperio Acadio, Enheduanna escribió una serie de poemas e himnos religiosos de los cuales hemos seleccionado el que más se acerca a la temática de nuestro blog: el pavoroso y escalofriante Descenso de Inanna al Inframundo.
Pero antes debemos presentaros a su autora y lo vamos a hacer a través de las propias palabras de sus contemporáneos, escritas en un disco de calcita descubierto en 1927 por el arqueólogo británico Sir Leonard Wooley:

Enheduanna, Suma Sacerdotisa, esposa del dios Nanna, hija de Sargón, Rey del Mundo, en el templo de la diosa Inanna


Enheduanna fue la Suma Sacerdotisa de Nanna o Sin, el dios sumero-acadio de la Luna que era además el dios principal de Ur, y de la diosa Inanna, más tarde conocida como Ishtar, que era la deidad patrona de su familia. Desde luego no nos encontramos frente a un personaje de perfil medio. 
Hija del primer emperador conocido, Sargón el Grande o el Acadio, ocupó la cúspide de la jerarquía sacerdotal de su país, con los enormes poderes y responsabilidades políticos que conllevaban, así como diferentes y no menos importantes competencias y obligaciones científicas, astrológicas, agrícolas e incluso pesqueras. 
Su padre no la ubicó al sur del Imperio de manera azarosa, era la manera de controlar sus territorios, que abarcaban desde el Golfo Pérsico, Elam (suroeste de Irán) hasta Siria y Turquía, porque no fueron tiempos tranquilos en muchos aspectos y no solamente en Mesopotamia.
Las primeras civilizaciones humanas a finales del tercer milenio antes de Cristo sufrieron fuertes caídas en la producción agrícola, también se produjo un gran retroceso en el comercio y las vías principales de comunicación se interrumpieron. Desde la cuenca del Indo, Egipto, la península de Anatolia hasta el Mediterráneo, se han recopilado datos que sugieren una serie de cambios climáticos a nivel global bastante severos así como catástrofes (¿meteoritos?, ¿cometas?) y grandes terremotos. Estos graves eventos probablemente desestabilizaron profundamente las sociedades y fueron el germen para las migraciones e invasiones de otros pueblos, así como también conflictos entre los diversos poderes establecidos que desembocaron en crisis, revueltas y guerras. En Egipto, por ejemplo, el Reino Antiguo colapsó dando lugar al que es denominado Primer Periodo Intermedio, un momento bastante oscuro y anárquico de su historia.

Estos tiempos turbulentos, se plasmaron en Mesopotamia a través de diferentes enfrentamientos, entre los cuales podemos citar la derrota del anterior monarca sumerio Lugal-za-gesi y su posterior escarnio: fue cegado, castrado y colgado en una jaula en las murallas de la ciudad de Nippur; las distintas rebeliones tras la muerte de Sargón, los asesinatos de sus sucesores, Rinshu y Manishtushu (hermanos de Enheduanna) o el espantoso terremoto que desoló el país tras ascender al trono Naram-Sin (sobrino de nuestra protagonista).
Enheduanna se impregnó inevitablemente de todos estos sucesos trágicos, expresando sus  vivencias desafortunadas en sus propias obras, como así ocurrió cuando fue expulsada del templo y de la ciudad humillantemente (más tarde fue repuesta) y escribió en su poema La Exaltación de Inanna.
Este contexto crispado e inestable afectó a su obra escrita, apreciándose una clara evolución en su tono desde los himnos, seguramente en una etapa más serena, donde en la mayoría de ellos refleja a la diosa Inanna como deidad de la fertilidad, la vida y el amor, hasta que conforme se van empañando los acontecimientos, ese matiz más benévolo se resquebraja apareciendo la Inanna guerrera, brutal, señora de leones y de revelación fúnebre.

Inanna y su mascota felina del ramal

Porque es en estos momentos cuando Inanna (más tarde conocida como Ishtar), Señora del Cielo y la Tierra, comienza a asimilar las características bélicas y violentas que la convertirán en una diosa de la guerra. Porque es esencial aclarar también que la religiosidad de los pueblos mesopotámicos no fue monolítica, homogénea y estable a lo largo de los siglos, fue variando.
Inanna comenzó siendo una deidad de la fertilidad, un arquetipo de la diosa-madre, pero gracias en parte al trabajo de Enheduanna, sus atributos fueron más allá. Inanna era la divinidad insignia de un clan guerrero, el sargónida, que tenía que asentar y acreditar su posición en el poder; la diosa custodia de la familia se adaptó a las circunstancias sociales y políticas mutando en una fuerza terrible que restauraba el orden sobre el caos y a su vez se convertía también en la deidad hegemónica del panteón mesopotámico, ya que representaba a la estirpe reinante, llegándose a identificar a la propia Enheduanna con ella. 
Así se manifestaba el triunfo del poder centralista del Imperio Acadio frente a las anteriores ciudades-estado sumerias y la consolidación religiosa de la autoridad del monarca.

Cristalizando esa nueva dimensión de fuerza y combatividad, Enheduanna escribió los poemas La exaltación de Inanna y el que nos atañe hoy: El descenso de Inanna al mundo de los muertos

Ciertamente el ser humano siempre ha sentido gran curiosidad por desvelar qué es lo que se encuentra al finalizar su existencia, qué sucede, si hay algo más; y las manifestaciones más tempranas sobre estas inquietudes se plasmaron en el ámbito religioso. Este poema no es una excepción y aunque no es concretamente una pieza esjatológica, sí es una de las fuentes más antiguas que poseemos que detalla el viaje y regreso de una conciencia al territorio de los Muertos, con los pertinentes pormenores sobre el lugar. La primera κατάϐασις escrita que será seguida por muchas más a lo largo del tiempo: Orfeo, Jesús, DanteLemminki o el mismísimo Frodo y su viaje a Mordor.

Dante disfrutando de une saison en enfer

Este poema nos relata cómo la Señora de los Cielos, por razones no muy claras, decide descender al Gran Abajo, donde su gemela, opuesta y enemiga, Ereshkigal, gobierna a los muertos. 
Antes de partir, ordena a su leal lugarteniente Ninshubur que si no regresa, ruegue a los dioses (Enlil, Nanna y Enki) que la ayuden a volver a la vida. 
Así que vestida con sus mejores galas y símbolos de autoridad, corona, cetro de lapislázuli y demás ornamentos, va cruzando las siete puertas que conducen al Inframundo, donde en cada una de ellas, le van arrebatando esos atributos de su poder hasta que se presenta delante del trono de su hermana Ereshkigal desnuda y doblegada. Allí es juzgada por los Anunnaki, que en esta obra y periodo son siete, residen bajo tierra y juzgan a los muertos
Los Anunnaki sentencian a muerte a Inanna y cuelgan su cadáver de una estaca durante tres días y tres noches. Mientras, Ninshubur acude a los dioses para rogar el retorno de su señora. Sólo Enki responde favorablemente entregándole el Agua y Alimento de la Vida, que permiten resucitar a Inanna y alzarse del mundo de los muertos. Conforme va ascendiendo, pequeños y grandes demonios, los galla, se van uniendo a su paso, como un ejército bajo sus órdenes.

Existen unas versiones posteriores de la leyenda, de época babilónica, donde se añaden más pormenores al relato, como una actitud de Ereshkigal mucho más beligerante, así como la aparición del amante de Ishtar, Dumuzi /Tammuz. Es en esta versión posterior, más rica en detalles, donde aparecen unos versos que declaran qué ocurre con los difuntos en el Más Allá:


Ishtar, hija de Sin , dirigió su espíritu

A la casa sombría, 

A la casa de la que no sale quien entra,

Al camino que carece de retorno 

A la casa en que los que entran, están sin luz,  

Donde el polvo es su vianda y arcilla su comida,

Donde no ven luz, residiendo en tinieblas,

Donde están vestidos como aves, 

con alas por vestido


Aunque la Tierra del no-Retorno para los mesopotámicos no fuera un lugar precisamente feliz, sí que tenían especial cuidado con los ritos funerarios. Si un difunto no recibía el tratamiento justo y adecuado, o fallecía de forma extraña, su sombra podía permanecer en el mundo de los vivos, hostigándolos, propagando enfermedades y alimentándose de su sangre (Rapganmekhab). De ahí que encontremos también en el poema, en la versión posterior, una de las primeras menciones de la historia a criaturas vampíricas:

 ¡ Oh portero abre tu puerta!


¡Abre tu puerta para que pueda entrar!


Derribaré la puerta, destrozaré el cerrojo,

Quebrantaré las jambas, moveré los batientes,

Levantaré los muertos para que devoren a los vivos

para que los muertos tengan plena potestad sobre los vivos
    

Regresando al poema original sumerio-acadio de Enheduanna, una de las características métricas es que está compuesto en verso ritmado y rimado, para ser recitado colectivamente, con fórmulas que se repiten meditadas evidentemente para ser representadas por un coro, e incluso tener acompañamiento instrumental. Porque es importante resaltar este poema como parte de un ritual colectivouna invocación poderosa que no evita ni mucho menos la forma de decreto político. Enheduannacapturando el momento socio-político del Imperio Acadiotrata de impulsar desde su posición, la más alta de la jerarquía pontificia, a Inanna y su culto como religión de estado. Así se va configurando un balance entre rupturas del orden sagrado y soluciones que lo refuerzan, un ritual de la legitimación del orden establecido, de rubricar la dinastía sargónida en tiempos tan complicados donde podría incluso percibirse a su padre Sargón el Grande como un usurpador y advenedizo más.


Sargón I el Grande


Es obvio que El Descenso de Inanna al Inframundo se podría englobar, sobre todo en su versión babilónica, dentro del ciclo de mitos de Muerte-Resurrección o ciclos de la Naturaleza, como el rapto de Perséfone o la muerte de Adonis, pero una interpretación más fidedigna requeriría un análisis más profundo de la sociedad sumeria y acadia. De momento no poseemos más información sobre estas gentes y tampoco parece que la situación vaya a mejorar demasiado en el futuro, así que tendremos que aceptar que Sumer y Acad permanezcan como un verdadero misterio en algunas (y no pocas) facetas.


The Tea Party - Inanna



¡Feliz Cumpleaños Batman!

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En el florido y hermoso mes de Mayo, pero en un ya lejano 1939, Detective Comics, en su número 27, nos presentó al que iba a convertirse en uno de los personajes de la historieta más universalmente conocidos junto a Superman y el Hombre Araña.
Este mes de mayo, el hombre murciélago, Batman, cumple 72 años, ¡felicidades!

Batman iba a llamarse el hombre-pájaro, pero Bill Finger, co-creador de la criatura (aunque no reconocido legalmente) junto a Bob Kane, le sugirió a éste último algo más misterioso y oscuro con forma de murciélago... así nació The Bat-man. Mucho se podría contar sobre la ingratitud de Bob Kane, el creador ampliamente conocido por el público de nuestro protagonista de hoy, hacia Bill Finger, que fue el que esbozó en realidad las características del hombre murciélago que en la actualidad todos reconocemos. 
Hizo una mezcla genial entre Sherlock Holmes, The Phantom o el personaje radiofónico the Shadow, que llegó a ser interpretado por el mismísimo Orson Welles. Lo que es indudable también es la inspiración estética tétrica y siniestra a la que recurrieron ambos, Kane y Finger: la película The Bat de 1926 del director Roland West, donde un asesino enmascarado y cuyo símbolo era un murciélago, iba liquidando uno a uno a los habitantes de una vieja mansión.




Batman, en cambio, nació para combatir el crimen y en muy pocos números lo vimos pelear frente a villanos por todos conocidos como The Joker o Catwoman, así como surtido de su famoso cinturón multiusos, su boomerang, el sofisticado batiplano o batmovil. Bill Finger, a pesar de las reticencias de Bob Kane, sugirió la inserción de un compañero de batallas, Robin, con el cual compartir aventuras como alumno aventajado, lo que resultó duplicar las ventas del cómic. Su Watson particular para continuar con el homenaje al personaje creado por Conan Doyle.

Su mascarada como play-boy y empresario de vida licenciosa y descuidada ocultaba su célebre tragedia familiar que lo impulsó a luchar contra villanos de raleas muy distintas, y todo a través de su propio esfuerzo personal y multitud de cachivaches que lo separaban de otros héroes del tebeo que poseían super-poderes
La tecnología y su fuerza de voluntad se convirtieron en las herramientas para su lucha diaria contra individuos como el Pingüino, Dos Caras y más adelante El Acertijo, Poison Ivy, el tremebundo R'as Al Ghul o la bestia parda de Bane


Julie Newmar, caracterizada como Catwoman, planeando maldades... ¡miaow!


Batman comenzó siendo un vengador violento que combatía incluso a mafiosos como la familia Falcone (aunque no eran sus enemigos habituales), pero tras la Segunda Guerra Mundial, DC Cómics adoptó una línea editorial más blanda y afecta al público adolescente e infantil, lo que tuvo como consecuencia directa un abandono de las facetas más duras y agresivas de nuestro querido murciélago, convirtiéndolo en un respetable ciudadano de estampa paternal.

Durante los años 50, Batman, junto a una gran mayoría de superhéroes y publicaciones, sufrieron el disparatado ataque del psiquiatra germano-americano Fredric Wertham, que con su La Seducción del Inocente (1954), culpó a los tebeos de incitar a la juventud a la delincuencia y corromper a los niños. Este opúsculo de contenidos absurdos, tuvo un gran impacto sobre multitud de padres alarmados, cuya publicación coincidió desafortunadamente además con una investigación en el Congreso de los Estados Unidos sobre delincuencia juvenil, lo que por petición popular involucró a las editoriales de cómics y obligó a instituir la CCA o Autoridad del código de cómics, una medida de autocensura que dió el golpe de gracia a muchas colecciones y abrió de par en par las puertas a la época más edulcorada y dócil de la historia del cómic. 
Una actitud muy propia de la moralina norteamericana y que también inclinaría definitivamente la balanza para hacer del público del cómic meramente infantil, cosa que en sus inicios no era así, y que todavía injustamente se sigue percibiendo: los tebeos son para niños
Pistolas, pin-ups, vampiros, las palabras horror o terror e incluso fuegos artificiales (!!!), fueron eliminados de los cómics, entre otros desatinos.


Wertham asustando a la chiquillería con el Lobo Feroz


Batman, a pesar de que ya había suavizado sus orígenes oscuros, fue también víctima de sus iras: fue precisamente en La Seducción del Inocente donde aparece por primera vez su empalme con el mundo gay
Wertham, como psiquiatra de la rancia escuela que fomentaba el terror lila, acusó a los personajes de Batman y Robin de mantener una relación homosexual encubierta, afirmando que las historias de los cómics eran psicológicamente homosexuales y podían influir negativamente en la infancia por su atmósfera sutil homoerótica.
A causa de todo esto, DC Cómics se vio forzado a incluir a personajes femeninos en las historias de Batman que rebajaran el nivel de testosterona para el alivio de unos padres que consideraban peligrosa la inclusión de tantos penes bajo mallas en una misma viñeta. 
Así aparecieron la tía de Robin, Harriet Cooper, Batwoman y Bat-girl. También las típicas mascotas de la Edad de Plata que todo superhéroe de relevancia debía tener. Superman tenía a Krypto el superperro, y Batman detentó la fortuna de la compañía de Ace the Bat-Hound e incluso Batmito, un serecillo interdimensional que ha dado mucho que hablar.
Pero el mal ya estaba hecho, y la acusación sin ningún tipo de base al respecto, ha llegado hasta nuestros días como motivo de chanzas o desprestigio, cuando en realidad ninguno de los creadores de Batman y guionistas posteriores habían siquiera pensado en atribuirle una tendencia sexual concreta
Quizás Frank Miller sí que se pronunció más al respecto, pero atribuyéndole una obsesión reprimida homosexual hacia el Joker, y todo desde la perspectiva de sus propios guiones bien entrados ya los 80.
Así Batman también se ha erigido como uno de los iconos de la cultura popular gay para defender una identidad sexual tan digna como la hetero. Lo cual ha enriquecido todavía más el de por sí fecundo legado del hombre murciélago.


kiss me kiss me kiss me

Y en los años 60, llegó el momento más delirante y surrealista de la carrera de Batman, una verdadera explosión de luz, color y candor. 
¿La razón? Nuestro hombre murciélago estuvo a punto de ser retirado por su falta de ventas, así que con Carmine Infantino a los lápices, le lavaron la cara, rediseñaron su uniforme y vehículo, y lo lanzaron a la nueva era pop
El debut de la serie protagonizada por Adam West fue el detonante de una de los periodos más populares y estrambóticos de la existencia de Batman, aunque también la más distante de lo que fueron sus orígenes y fundamento.

El festival infantil en el que se había convertido un personaje tan severo y escrupuloso como Batman, no podía dar mucho más de sí y en 1969, Dennis O'Neil y el genial Neal Adams llegaron como el séptimo de caballería para salvarle el cuello a nuestro hombre murciélago y devolverle a sus raíces como sombrío vengador de la noche
El reflejo crudo de la América contemporánea del momento (que ambos llevaron también a otras colecciones como las de Linterna Verde o Green Arrow), alzaron la carrera de Batman hacia una de sus cotas más altas a nivel artístico, solamente alcanzadas, que no superadas, más tarde por Frank Miller en su El Regreso del Caballero Oscuro y Batman: Año Uno en 1986 y 1988. 
Frank Miller, recogiendo el legado de O'Neil y Adams, da una vuelta de tuerca al personaje retrotrayéndonos a sus comienzos y lanzándonos también hacia su futuro con una maestría admirable junto a los indispensables trazos de David Mazzucchelli
Las obras de Frank Miller se convirtieron un uno de los éxitos más rotundos de la industria del cómic.
Alan Moore se uniría a la fiesta también y pariría Batman: The Killing Joke (1988).
Pero no debemos olvidar que a mediados de los ochenta DC se embarcó en un ambicioso proyecto para dar continuidad y coherencia a todo su universo a través de la Crisis en las Tierras Infinitas bajo la batuta de Marv Wolfman, George Pérez y Dick Giordano entre otros, de la cual surgiría el Batman que actualmente conocemos y sobre el que escribieron Miller, Moore o el escocés loco Grant Morrison.
Son momentos de cambios, de decisiones duras y originales, como así sucedió con el segundo Robin, Jason Todd, al que el Joker asesinó cruelmente en el arco argumental Batman: una muerte en la Familia (1989) de Jim Starlin (si hay que matar bien a alguien, llame usted a Starlin), no sin antes haberlo sometido a votación entre los propios lectores.
La desaparición de Jason Todd supuso en la psicología del personaje de Batman un golpe tan duro como el de la muerte de sus propios padres en su infancia.


Jason Todd, odiado por la mayoría de los lectores de la época, había logrado que bajaran las ventas de los cómics de Batman. Actualmente está vivito, coleando y siendo una pesadez como antaño.

Y en esta misma convulsa era en DC y pletórica en Batman, surgieron los largometrajes que lograron que hasta la ancianita más reservada de cada casa supiera quién era el señor con máscara de orejas puntiagudas, larga capa negra y que hablaba entre susurros ominosos.
Tim Burton dirigió con gran presupuesto dos triunfantes versiones de Batman y Joel Schumacher se encargó de otras dos que se acercaban más al espíritu pop del de Adam West.

Pero es el británico Christopher Nolan, director de obras como Memento, el que ha sabido conectar mejor con la personalidad tortuosa y totalmente sociópata de Bruce Wayne, inspirándose en los cómics de Dennis O'Neill o Frank Miller
Así han surgido Batman Begins (2005) y Batman el Caballero Oscuro (2008), a la espera de la próxima The Dark Knight Rises, para el próximo año 2012.

¡El alma de la fiesta!


Pero regresando a los cómics, os queremos recomendar una de las obras más especiales de Batman, Arkham Asylum (1989), guionizada por Grant Morrison y dibujada por el gran Dave McKean
Esta novela gráfica sumerge a Batman en un universo de demencia y violencia, arrebatándole su rol de glorioso paladín y convirtiéndolo en un simple ser humano. A través de la catedral viviente dedicada a la locura que es Arkham, Morrison y McKean nos llevan de paseo por las circunvalaciones cerebrales de un Bruce Wayne vulnerable, obsesionado y no tan distinto de un Joker que hace las veces de anfitrión al estilo del viejo dios Proteo. No merece la pena contar nada más de este Arkham Asylum, porque es cuestión de tiempo que rindamos cuentas de él en una próxima Tabla Esmeralda


Morrison & McKean, todo amor

Y nos habíamos quedado en los años 90, donde Batman ha sufrido aventuras y desventuras del estilo como recibir una soberana paliza a manos de la bestia parda de Bane, que lo dejó en una silla de ruedas en el arco argumental de La caída del Caballero (1993) siendo sustituido por un auténtico carnicero mientras se recuperaba: Azrael.

Actualmente, tras haber sido a priori asesinado por Darkseid, se encuentra viajando por el tiempo y espacio gracias al rayo omega del amo y señor de Apokolips.

No os hemos contado todo lo que Batman se merecería, pero para celebrar su cumpleaños y seguir recordándolo como uno de los personajes más importantes e interesantes del mundo del cómic, ha sido más que suficiente. El resto está, como siempre, en vuestras manos y ganas de ejercitar la cabeza un ratillo leyendo sus gestas.



Siouxsie and the Banshees & Danny Elfman - Face to Face (Batman Returns soundtrack)