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9 de febrero de 2013

Los vampiros de Stephen King





En la Tabla de hoy vamos a unir dos conceptos extremadamente populares, uno de ellos, encima, está muy de moda en la actualidad: vampiros y Stephen King.
Ninguno de los dos asuntos necesita grandes presentaciones, King es uno de los autores de terror contemporáneos más célebres, una fábrica humeante de best-sellers; y... los vampiros son carne de best-seller. Casi podríamos considerar este dúo un matrimonio perfecto, pero la realidad es que, para las más de cincuenta obras que ha escrito Stephen King, solo ha tocado propiamente dos veces la temática. Dos veces. 

La más conocida, que es la que tiene todo el mundo en mente es El Misterio de Salem's Lot (1975). Con dos pequeños relatos como precuela y secuela haciéndole compañía.
De estos dos relatos, a destacar la precuela, Los Misterios del Gusano, escrito en la época universitaria de King. En él homenajea lo mejorcito del terror gótico y el círculo lovecraftiano

Para empezar, el simple título está tomado de uno de los más asombrosos relatos de vampiros del s. XX: El vampiro estelar (1935) de Robert Bloch
En él aparece un antiguo grimorio, De Vermis Mysteriis, atribuido a un alquimista y nigromante holandés del s. XV llamado Ludwig Prinn. Este libro maldito, cuya traducción del latín al castellano sería "los misterios del gusano", contenía según la imaginación de Bloch, una serie de invocaciones y hechizos para atraer a nuestra esfera de realidad a una serie de entidades de naturaleza vampírica que existirían en vacíos adimensionales del espacio exterior.
Este tipo de grimorios y códices abominables, eran muy habituales en la literatura fantástica y lovecraftiana (El vampiro estelar estaba dedicado a Lovecraft además); ahí han quedado para la posteridad el famoso Necronomicón, los Manuscritos Pnakótikos, Los Cultos Innombrables de Robert E. Howard o el Libro de Eibon...que no, no existen más allá de las letras del relato al que pertenezcan.

Por supuesto, siempre se puede pedir prestado a la biblioteca de la inefable Universidad de Miskatonic


De ese De Vermis Mysteriis Stephen King tomó el título y lo convirtió en el leit motiv de su pequeño cuento, en el que también rindió vasallaje al terror clásico del s. XIX. Los Misterios del Gusano sigue una estructura epistolar que remite al Drácula (1897) de Stoker. Las influencias son muy claras, El hundimiento de la casa Usher (1839) de Poe, de nuevo Lovecraft con su Las ratas de las paredes (1923) y, sobre todo, el espíritu de un escritor de Nueva Inglaterra, en concreto de la ciudad de Salem (algunos dicen que las coincidencias no existen): Nathaniel Hawthorne y su La casa de los siete tejados (1851).
Porque debemos deciros también que la ubicación de las novelas y relatos de Stephen King, en la bella Nueva Inglaterra, no se debe solamente a que él proceda de allí (del estado de Maine exactamente) sino que es una elección bastante razonable para situar el misterio en Estados Unidos. Sus parajes evocan un ambiente más añejo y arcaico, al pertenecer a las primigenias 13 colonias que se independizaron del Reino Unido en 1776; y en donde todavía se mantienen en la actualidad costumbres y tradiciones de la vieja Europa del s. XVII - XVIII. Perfecto para que un país tan relativamente joven como Estados Unidos pueda enraizar sus terrores más antiguos a la europea... y con solera además. Lovecraft también era de ahí y aprovechó antes que King esa veta morbosa... ¿Os suenan los Juicios de Salem? Un mero ejemplo.


Nueva Holanda, Nueva York, Nueva Inglaterra y Nueva Francia. Las viejas colonias del norte...


Resumiendo, este Los Misterios del Gusano es un aperitivo, un preámbulo a la antigua usanza del cuento gótico de horror que desembocaría en la obra que todo el mundo conoce de Stephen King sobre vampiros: El Misterio de Salem's Lot.
Las mini-series de televisión, sobre todo la de Tobe Hooper de 1979, han contribuido también a que esta novela sea una de las más famosas de King, que de por sí vendió lo indecible. La famosa escena del niño vampiro flotando en la niebla, rozando con sus uñas la ventana de su antiguo amigo, formó parte de las pesadillas de millares de chiquillos. Un clásico del terror.


raaaac, raaac

Y continuamos con la palabra "clásico" entre manos. Porque El Misterio de Salem's Lot posee un argumento que ha sido utilizado en abundancia en los relatos y novelas de terror: la llegada a una comunidad de un extranjero misterioso y, a partir de ahí, los cambios que se sucederán, al principio imperceptibles, después ya incontrolables, y que destruirán el orden y la vida del lugar.
Por supuesto, no puede faltar la casa encantada, que en Salem's Lot toma su inspiración en ese gigante del terror que es La Maldición de la casa de la colina (1959) de Shirley Jackson. Stephen King recrea un ambiente claustrofóbico, como si el solar fuera una auténtica ratonera; y desarrolla de manera bastante competente la psicología de los diferentes personajes. Recuerda también a Los ladrones de cuerpos (1955) de Jack Finney, de la cual se hicieron películas como la imprescindible La invasión de los ladrones de cuerpos (1956) de Don Siegel.

Pero centrémonos más en cómo Stephen King trata la figura del vampiro en esta novela. ¿Qué hace este autor? Lo primero, no comerse demasiado la cabeza. Si el libro sigue más bien unas pautas conservadoras, con referencias transparentes a colosos del terror y la ciencia-ficción con habilidad, su vampiro sigue la tónica. 
Kurt Barlow es el vampiro de tipo aristocrático, desdeñoso y, por supuesto, con leal lacayo humano. Proviene al parecer de Europa, su edad es desconocida aunque se indica que presenció el nacimiento del cristianismo; y posee las debilidades más populares atribuidas a los chupasangres: luz solar, estacas y cruces.
Tiene habilidades hipnóticas, fuerza sobrenatural y descansa en un ataúd. Necesita también residir en algún lugar antiguo y, a poder ser, de antecedentes truculentos como es el caso de la mansión Marsten. El protagonista principal de la novela, Ben Mears, sufre de niño en ese lugar una experiencia traumática bastante extraña, que lo perseguirá y hostigará ya de adulto en sueños hasta cristalizar en el horror vampírico de Kurt Barlow.
El retrato que Stephen King realiza del vampiro aquí entra dentro de los parámetros de lo convencional, un ser de frialdad absoluta, gran inteligencia, con cierta nostalgia hacia el pasado y que no deja de ser un monstruo, el depredador alfa por antonomasia. Es el Lord Ruthven de Polidori, el Drácula de Stoker, el Conde Magnus de Rhode James.
El Misterio de Salem's Lot se cierra, como indicábamos al principio, con una secuela que podríamos considerar casi anecdótica, Una para el camino, un relato corto que apareció junto a Los Misterios del gusano en la recopilación de 1978 El Umbral de la noche. Un pequeño cuento en boca de un anciano con moraleja: si conduces cerca de Jerusalem's lot, pasa de largo lo más rápido que puedas.




Y ya está. 
El vampiro de Stephen King se quedó allí, en ese pueblecito de Maine... hasta el año 2010, que tuvimos la grata sorpresa de verlo surgir de nuevo desde las páginas no de una novela, sino de un cómic.
King, junto a Scott Snyder, escribieron American Vampire; Rafael Albuquerque se hizo cargo de los pinceles. Y el resultado fue tan impresionante que al año siguiente esta obra ganó el premio Eisner a la mejor novela gráfica. Casi ná.
En el Vampiro Americano aparece una nueva raza de criaturas de la noche que poco tiene que ver con la figura tradicional con la que antes trabajó King... aunque la esencia sí siga siendo la misma, la de un depredador.
Es cierto que la arquitectura básica de este nuevo vampiro pertenece a Scott Snyder, pero Stephen King se adaptó perfectamente a él con entusiasmo y lo imbuyó de salvajismo y profundidad.
El vampiro de este tebeo es distinto, es una mutación, posee características y habilidades muy diferentes a las del vampiro común y es resistente a la luz solar.
Esto es lo que dice King de sus propias criaturas en American Vampire:

"Esto es lo que los vampiros no deberían ser:pálidos detectives que beben bloody marys y que solo trabajan de noche; melancólicos caballeros sureños; chicas adolescentes anoréxicas; guaperas de ojos grandes e ingenuos.
¿Qué deberían ser?
Asesinos, cariño. Asesinos inmutables que nunca tienen bastante de esa sabrosa sangre grupo A. Chicas y chicos malos. Cazadores. (...) Vampiros a los que ha desplazado el romance ñoño y empalagoso.(...)
En resumen, se trata de devolverles sus dientes a los chupasangres, esos que los vampiritos dulces y tiernos les robaron hace tiempo. Se trata de volver a hacerlos terroríficos."




Y eso es lo que encontramos en American Vampire.
El protagonista principal es Skinner Sweet, que es todo lo descrito por King y mucho más. Pearl Jones es su "hija" y en la obra van apareciendo desde dhampiros, clanes distintos de chupasangres, humanos no mucho menos desalmados que los propios vampiros y... 
Y os lo leéis.
American Vampire es una visión diacrónica de la historia reciente estadounidense a través de los ojos de un vampiro autóctono, comenzando en los años 20 y, de momento, finalizando en los 50.


Pearl perdiendo los nervios 


Y esto es lo que un autor tan prolífico como Stephen King ha parido sobre el vampiro. Algo quizás decepcionante desde cierto punto de vista si tenemos en cuenta el nivel de innovación de otras obras suyas, pero que, con el transcurrir del tiempo y observando las actuales circunstancias, es de muy agradecer. Siempre es mejor seguir la estela de los clásicos o reciclarse con nuevas colaboraciones que evacuar detritos tipo Crepúsculo.

2 comentarios:

  1. Te escuche en su dia en DL y me encantó, gran aporte y resumen. Muy buen trabajo Beatriz

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  2. Muchas Gracias Lyzandred :D Espero que sigas disfrutando de DL y de la siguiente Tabla Esmeralda. ¡Nos leemos/escuchamos pronto!

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Los vampiros de Stephen King

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En la Tabla de hoy vamos a unir dos conceptos extremadamente populares, uno de ellos, encima, está muy de moda en la actualidad: vampiros y Stephen King.
Ninguno de los dos asuntos necesita grandes presentaciones, King es uno de los autores de terror contemporáneos más célebres, una fábrica humeante de best-sellers; y... los vampiros son carne de best-seller. Casi podríamos considerar este dúo un matrimonio perfecto, pero la realidad es que, para las más de cincuenta obras que ha escrito Stephen King, solo ha tocado propiamente dos veces la temática. Dos veces. 

La más conocida, que es la que tiene todo el mundo en mente es El Misterio de Salem's Lot (1975). Con dos pequeños relatos como precuela y secuela haciéndole compañía.
De estos dos relatos, a destacar la precuela, Los Misterios del Gusano, escrito en la época universitaria de King. En él homenajea lo mejorcito del terror gótico y el círculo lovecraftiano

Para empezar, el simple título está tomado de uno de los más asombrosos relatos de vampiros del s. XX: El vampiro estelar (1935) de Robert Bloch
En él aparece un antiguo grimorio, De Vermis Mysteriis, atribuido a un alquimista y nigromante holandés del s. XV llamado Ludwig Prinn. Este libro maldito, cuya traducción del latín al castellano sería "los misterios del gusano", contenía según la imaginación de Bloch, una serie de invocaciones y hechizos para atraer a nuestra esfera de realidad a una serie de entidades de naturaleza vampírica que existirían en vacíos adimensionales del espacio exterior.
Este tipo de grimorios y códices abominables, eran muy habituales en la literatura fantástica y lovecraftiana (El vampiro estelar estaba dedicado a Lovecraft además); ahí han quedado para la posteridad el famoso Necronomicón, los Manuscritos Pnakótikos, Los Cultos Innombrables de Robert E. Howard o el Libro de Eibon...que no, no existen más allá de las letras del relato al que pertenezcan.

Por supuesto, siempre se puede pedir prestado a la biblioteca de la inefable Universidad de Miskatonic


De ese De Vermis Mysteriis Stephen King tomó el título y lo convirtió en el leit motiv de su pequeño cuento, en el que también rindió vasallaje al terror clásico del s. XIX. Los Misterios del Gusano sigue una estructura epistolar que remite al Drácula (1897) de Stoker. Las influencias son muy claras, El hundimiento de la casa Usher (1839) de Poe, de nuevo Lovecraft con su Las ratas de las paredes (1923) y, sobre todo, el espíritu de un escritor de Nueva Inglaterra, en concreto de la ciudad de Salem (algunos dicen que las coincidencias no existen): Nathaniel Hawthorne y su La casa de los siete tejados (1851).
Porque debemos deciros también que la ubicación de las novelas y relatos de Stephen King, en la bella Nueva Inglaterra, no se debe solamente a que él proceda de allí (del estado de Maine exactamente) sino que es una elección bastante razonable para situar el misterio en Estados Unidos. Sus parajes evocan un ambiente más añejo y arcaico, al pertenecer a las primigenias 13 colonias que se independizaron del Reino Unido en 1776; y en donde todavía se mantienen en la actualidad costumbres y tradiciones de la vieja Europa del s. XVII - XVIII. Perfecto para que un país tan relativamente joven como Estados Unidos pueda enraizar sus terrores más antiguos a la europea... y con solera además. Lovecraft también era de ahí y aprovechó antes que King esa veta morbosa... ¿Os suenan los Juicios de Salem? Un mero ejemplo.


Nueva Holanda, Nueva York, Nueva Inglaterra y Nueva Francia. Las viejas colonias del norte...


Resumiendo, este Los Misterios del Gusano es un aperitivo, un preámbulo a la antigua usanza del cuento gótico de horror que desembocaría en la obra que todo el mundo conoce de Stephen King sobre vampiros: El Misterio de Salem's Lot.
Las mini-series de televisión, sobre todo la de Tobe Hooper de 1979, han contribuido también a que esta novela sea una de las más famosas de King, que de por sí vendió lo indecible. La famosa escena del niño vampiro flotando en la niebla, rozando con sus uñas la ventana de su antiguo amigo, formó parte de las pesadillas de millares de chiquillos. Un clásico del terror.


raaaac, raaac

Y continuamos con la palabra "clásico" entre manos. Porque El Misterio de Salem's Lot posee un argumento que ha sido utilizado en abundancia en los relatos y novelas de terror: la llegada a una comunidad de un extranjero misterioso y, a partir de ahí, los cambios que se sucederán, al principio imperceptibles, después ya incontrolables, y que destruirán el orden y la vida del lugar.
Por supuesto, no puede faltar la casa encantada, que en Salem's Lot toma su inspiración en ese gigante del terror que es La Maldición de la casa de la colina (1959) de Shirley Jackson. Stephen King recrea un ambiente claustrofóbico, como si el solar fuera una auténtica ratonera; y desarrolla de manera bastante competente la psicología de los diferentes personajes. Recuerda también a Los ladrones de cuerpos (1955) de Jack Finney, de la cual se hicieron películas como la imprescindible La invasión de los ladrones de cuerpos (1956) de Don Siegel.

Pero centrémonos más en cómo Stephen King trata la figura del vampiro en esta novela. ¿Qué hace este autor? Lo primero, no comerse demasiado la cabeza. Si el libro sigue más bien unas pautas conservadoras, con referencias transparentes a colosos del terror y la ciencia-ficción con habilidad, su vampiro sigue la tónica. 
Kurt Barlow es el vampiro de tipo aristocrático, desdeñoso y, por supuesto, con leal lacayo humano. Proviene al parecer de Europa, su edad es desconocida aunque se indica que presenció el nacimiento del cristianismo; y posee las debilidades más populares atribuidas a los chupasangres: luz solar, estacas y cruces.
Tiene habilidades hipnóticas, fuerza sobrenatural y descansa en un ataúd. Necesita también residir en algún lugar antiguo y, a poder ser, de antecedentes truculentos como es el caso de la mansión Marsten. El protagonista principal de la novela, Ben Mears, sufre de niño en ese lugar una experiencia traumática bastante extraña, que lo perseguirá y hostigará ya de adulto en sueños hasta cristalizar en el horror vampírico de Kurt Barlow.
El retrato que Stephen King realiza del vampiro aquí entra dentro de los parámetros de lo convencional, un ser de frialdad absoluta, gran inteligencia, con cierta nostalgia hacia el pasado y que no deja de ser un monstruo, el depredador alfa por antonomasia. Es el Lord Ruthven de Polidori, el Drácula de Stoker, el Conde Magnus de Rhode James.
El Misterio de Salem's Lot se cierra, como indicábamos al principio, con una secuela que podríamos considerar casi anecdótica, Una para el camino, un relato corto que apareció junto a Los Misterios del gusano en la recopilación de 1978 El Umbral de la noche. Un pequeño cuento en boca de un anciano con moraleja: si conduces cerca de Jerusalem's lot, pasa de largo lo más rápido que puedas.




Y ya está. 
El vampiro de Stephen King se quedó allí, en ese pueblecito de Maine... hasta el año 2010, que tuvimos la grata sorpresa de verlo surgir de nuevo desde las páginas no de una novela, sino de un cómic.
King, junto a Scott Snyder, escribieron American Vampire; Rafael Albuquerque se hizo cargo de los pinceles. Y el resultado fue tan impresionante que al año siguiente esta obra ganó el premio Eisner a la mejor novela gráfica. Casi ná.
En el Vampiro Americano aparece una nueva raza de criaturas de la noche que poco tiene que ver con la figura tradicional con la que antes trabajó King... aunque la esencia sí siga siendo la misma, la de un depredador.
Es cierto que la arquitectura básica de este nuevo vampiro pertenece a Scott Snyder, pero Stephen King se adaptó perfectamente a él con entusiasmo y lo imbuyó de salvajismo y profundidad.
El vampiro de este tebeo es distinto, es una mutación, posee características y habilidades muy diferentes a las del vampiro común y es resistente a la luz solar.
Esto es lo que dice King de sus propias criaturas en American Vampire:

"Esto es lo que los vampiros no deberían ser:pálidos detectives que beben bloody marys y que solo trabajan de noche; melancólicos caballeros sureños; chicas adolescentes anoréxicas; guaperas de ojos grandes e ingenuos.
¿Qué deberían ser?
Asesinos, cariño. Asesinos inmutables que nunca tienen bastante de esa sabrosa sangre grupo A. Chicas y chicos malos. Cazadores. (...) Vampiros a los que ha desplazado el romance ñoño y empalagoso.(...)
En resumen, se trata de devolverles sus dientes a los chupasangres, esos que los vampiritos dulces y tiernos les robaron hace tiempo. Se trata de volver a hacerlos terroríficos."




Y eso es lo que encontramos en American Vampire.
El protagonista principal es Skinner Sweet, que es todo lo descrito por King y mucho más. Pearl Jones es su "hija" y en la obra van apareciendo desde dhampiros, clanes distintos de chupasangres, humanos no mucho menos desalmados que los propios vampiros y... 
Y os lo leéis.
American Vampire es una visión diacrónica de la historia reciente estadounidense a través de los ojos de un vampiro autóctono, comenzando en los años 20 y, de momento, finalizando en los 50.


Pearl perdiendo los nervios 


Y esto es lo que un autor tan prolífico como Stephen King ha parido sobre el vampiro. Algo quizás decepcionante desde cierto punto de vista si tenemos en cuenta el nivel de innovación de otras obras suyas, pero que, con el transcurrir del tiempo y observando las actuales circunstancias, es de muy agradecer. Siempre es mejor seguir la estela de los clásicos o reciclarse con nuevas colaboraciones que evacuar detritos tipo Crepúsculo.

2 comentarios:

Lyzandred dijo...

Te escuche en su dia en DL y me encantó, gran aporte y resumen. Muy buen trabajo Beatriz

La Tabla Esmeralda dijo...

Muchas Gracias Lyzandred :D Espero que sigas disfrutando de DL y de la siguiente Tabla Esmeralda. ¡Nos leemos/escuchamos pronto!

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