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15 de octubre de 2013

Ojos color violeta



Titus es el septuagésimo séptimo heredero de una cumbre que se desmorona, de un mar de ortigas, de un imperio de roja herrumbre, de las huellas del ritual, que se hunden en la piedra hasta los tobillos.
Gormenghast.
Ensimismada y ruinosa, cavila en la sombra: la mampostería inmemorial, las torres y los pasadizos. ¿Todo se desmorona? No. Un céfiro sopla por una avenida de chapiteles, un pájaro canta, un arroyo brota impetuoso de la corriente asfixiada. En el corazón de un puño de piedra se agita una mano de muñeca y su calor se rebela contra la palma yerta. Una sombra se desplaza. Una araña se mueve.
Y la oscuridad serpentea entre los personajes.




Estas letras pertenecen a un escritor, poeta e ilustrador inglés que falleció de manera prematura, dejando sin finalizar la extensa obra que tenía en mente. Una obra muy poco conocida en nuestro país y que merece reivindicarse sin vacilación. Una obra que ha sido editorialmente ignorada en España de manera injusta e injustificada; una obra sin la cual la fantasía contemporánea no podría concebirse; que ha influido a multitud de artistas y escritores en más profundidad que otros nombres más celebrados (su contemporáneo Tolkien, por ejemplo). Michael Moorcock o China Miéville, entre otros,  le rinden vasallaje sin pudor.
Y aunque fuera de nuestras fronteras, estemos refiriéndonos a un clásico entre clásicos que ha sido incluido por la revista The Times entre los mejores 50 escritores británicos de finales del s.XX; o que prestigiosos críticos literarios como Harold Bloom lo hayan adscrito a su canon, por estos lares sigue siendo desconocido e ignorado.

Ah, ¿que a quién nos referimos? Cierto, todavía no os lo hemos presentado. Esta Tabla Esmeralda la vamos a dedicar a Mervyn Peake y a su saga inconclusa de Gormenghast.

Autorretrato de Mervyn Peake


Mervyn Peake no fue solo un escritor, también fue poeta y pintor. De hecho, su obra pictórica y como ilustrador es muy reconocida. Hizo sobresalientes trabajos para autores como Stevenson, Coleridge o la Alicia de Carroll.

 
Alicia

También trabajó como corresponsal durante la Segunda Guerra Mundial, plasmando con sus trazos la barbarie con la que se topó incluso en campos de concentración.

 Peake ante el desastre

Mervyn Peake nació en 1911 en Kiling, China, hijo de misioneros, en un momento bastante convulso del país asiático. La dinastía Qing había sido definitivamente derrocada, y en ese ambiente de la antigua tradición y protocolos imperiales en franca decadencia, ciudades fortificadas de muros impenetrables, cometas, linternas y procesiones callejeras, el pequeño Peake fue empapándose. 
Su experiencia bélica, indudablemente, también lo marcó, volcando la recurrente temática de la muerte y la decadencia en su obra literaria. Y es lo que encontramos, por supuesto, en Titus Groan, Gormenghast y Titus Alone sin lugar a dudas.
Con esta trilogía, aunque quedara truncada, renovó las bases de la fantasía gótica, introduciendo al lector en un mundo barroco, denso, surrealista, completamente insano.
Lo grotesco, lo bizarro, se aunaron bajo su pluma con la sátira y la descripción minuciosa, casi paranoica, al estilo Dickens de una galería de personajes más propia del Freaks de Tod Browning.
La intrincada psicología y riqueza simbólica no hacen mas que aumentar una atmósfera ya de por sí enrarecida y decrépita.
El conjunto es tan hermoso como angustioso, fascinante y asfixiante; y totalmente descorazonador. Porque aunque se trate de una obra considerada de fantasía, no hay criaturas fantásticas ni magia. Bueno, quizás los remanentes de una magia que quizás existió, sean las ceremonias, los rituales, que son los ajados cimientos de una realidad que se derrumba.

Pero en realidad esta falsa trilogía es inclasificable
¿Es una obra de ciencia-ficción distópica? Podría ser también, Titus Alone encaja en el género a la perfección, aunque nunca llegaremos a saber cuáles eran las intenciones de Mervyn Peake ni hasta dónde quería llevar su historia.




A pesar de que la trilogía de Gormenghast posea un tono oscuro y retorcido, Mervyn Peake fue un tipo amigable, de vivo ingenio, romántico y amante de su esposa y sus hijos.
Peake era un artista exuberante y de talento, cuya carrera quedó interrumpida para siempre por la enfermedad.
Mervyn Peake murió en 1968 cuando contaba sólamente con 57 años. Su dolencia, que no fue ni diagnosticada ni comprendida en su tiempo, fue un reclamo sensacionalista de algunos periodistas y detractores para otorgar un halo morboso a su obra y desprestigiarla, como si toda ella fuera resultado de su enfermedad. Ciertamente, la salud mental de Peake se deterioró profundamente, sufría de alucinaciones, delirios, así como de problemas cognitivos serios, parkinsonismo y desmayos. La terapia electro-convulsiva a la que fue sometido no ayudó en nada, ya que en realidad Mervyn Peake padecía una enfermedad neurodegenerativa que hasta hace pocos años no había sido siquiera descrita: demencia de cuerpos de Lewy.

Su dolencia no le permitió finalizar su obra cumbre, la historia de Titus Groan, septuagésimo séptimo conde de Groan y heredero de la inmensa mole de Gormenghast.
Peake nos legó Titus Groan (1946), Gormenghast (1950) y Titus Alone (1959). Esta última novela fue reeditada en 1970 gracias al trabajo de Langdon Jones, amigo personal de Peake, que recuperó textos que habían sido mutilados y eliminados de la chapucera primera edición. Hay que tener en cuenta que cuando Titus Alone se publicó por primera vez, Peake ya tenía avanzada su enfermedad. Es por ello que muchos opinan que quizás Titus Alone posea más de la dolencia de Peak que de su talento.

Existe una novela corta, Chico en la oscuridad (1956) que pertenece también al mundo de Gormenghast, en concreto al segundo volumen.


Manuscrito e ilustración de Peake


Gormenghast es un enorme y laberíntico castillo encaramado a una mole de roca. Es el territorio y feudo de los Groan (en inglés gemido o gruñido), una dinastía noble aislada y excluida del resto del mundo, inmersa y absorbida por ella misma en una grotesca atmósfera endogámica y ciega; temerosa y encadenada a la tradición, ceremonia y rituales más absurdos.

Titus Groan comienza con el nacimiento del heredero de Lord Sepulcravo y Lady Gertrude, un niñito de hermosos ojos violetas, que crecerá rodeado de decenas de servidores, un séquito de excéntricos cortesanos y el desapego absoluto de sus padres. Una madre únicamente preocupada por sus gatos blancos y los pájaros; algunos de ellos incluso han hecho sus nidos entre las marañas de sus cabellos pelirrojos. Un padre encerrado en su biblioteca, eludiendo sus responsabilidades como gobernante y que lentamente va enloqueciendo, creyéndose estar metamorfoseando en búho. 
Y como antagonista aparece el maravilloso personaje de Steerpike o Pirañavelo, un pinche de cocina que, con su inteligencia maquiavélica, decide hacerse dueño de su propio destino, superando su rol social y rompiendo los preceptos y bases del mundo de Gormenghast para intentar convertirse en el Maestro del Ritual.
Pirañavelo es héroe y villano, un revolucionario que se convierte en criminal, víctima del miasma de Gormenghast como lo son todos los demás... salvo Titus.

 Fuchsia Groan por Mervyn Peake

Mención aparte creemos que merece el personaje de Fuchsia, la hermana mayor de Titus, y que permanece ignorada por casi todos en el castillo. Es mujer, no puede ser hederera, no tiene poder. Fuchsia Groan es una adolescente caprichosa, con frecuentes estallidos de rabia pero que en realidad esconde un corazón dulce y amable; se evade de la realidad escondiéndose en su ático secreto para abandonarse a la ensoñación y a la lectura de cuentos fantásticos. Fuchsia sueña con que la amen... pero Gormenghast no es el lugar más adecuado para el amor.




Titus Groan como libro despliega ante los ojos del lector un abanico de personajes caricaturescos al más puro estilo del esperpento de Valle-Inclán, donde lo absurdo, el drama, la parodia y el horror se dan la mano.
Todo esto mediante un estilo muy visual (no en vano Peake era ilustrador), descriptivo y meticuloso hasta casi la exasperación. Como una pintura de Brueghel el Viejo o el Bosco.
Titus Groan fue prologado nada más y nada menos que por Anthony Burgess. Peake contaba con admiradores de la talla de Dylan Thomas o Graham Greene, aunque su reconocimiento no llegó hasta después de su muerte.

En el segundo libro, Gormenghast, Mervyn Peake nos relata la niñez y adolescencia de Titus, de la opresión de una sociedad anclada en el pasado y los rituales vacíos, que provocan pavor en nuestro protagonista. También nos cuenta sobre el fracaso de la voluntad de Pirañavelo.

No es un mensaje optimista el que nos quería transmitir Mervyn Peake, sino la agonía y desmoronamiento de un mundo sumergido en el crepúsculo.

En el tercer libro, Titus Alone o Titus Solo, el personaje principal emerge al mundo exterior. De una realidad pre-industrial nos topamos con elementos de alta teconología como videoconferencias, rayos asesinos y... científicos. La sexualidad anteriormente reprimida, se desborda. Es un salto enorme respecto a las dos anteriores novelas, lo que la hace menos comprendida y subraya las dudas sobre la estabilidad mental de Peake mientras la escribía.
Es evidente que Peake plasmó en Titus Alone sus propios temores, haciendo que su protagonista dudara entre lo que es real o no; y la atmósfera en general es más extraña si cabe, que en sus predecesoras. Titus Alone está más cerca de Lord Dunsany o Philip K. Dick... sobre todo de este útlimo, que sobre desgarros mentales sabía también un poco.

En Titus Alone Peake expresa que, tanto el arraigo al pasado y la tradición como el aferrarse al futuro como vía de escape, es estúpido y peligroso.

En 2011, centenario del nacimiento de Peake, se publicó Titus Awakes, con esbozos que dejó el autor sobre lo que le habría gustado que fuera su cuarto libro. Los textos fueron recopilados y engarzados por su viuda, la también pintora Maeve Gilmore.

La saga de Gormenghast es muy querida fuera de España y ha tenido múltiples adaptaciones, incluso una ópera.
En radio ha sido dramatizada profusamente en diversos países a lo largo del tiempo, y en el año 2000, la BBC produjo una miniserie muy recomendable donde se estamparon los dos primeros libros. Christopher Lee, que no se pierde una, hacía aparición en ella; así como Jonathan Rhys-Meyers interpretando a un Pirañavelo memorable.



¿Y cómo se pueden conseguir estos libros? Es una buena pregunta, porque en castellano la cosa está algo complicada de momento. 
Lo ideal es que si tenéis la pericia suficiente en inglés, os hagáis con ellos en la lengua original. Si no es así, simplemente comentaros, para que os hagáis una idea, que hasta hace escasamente 10 años, esta saga imprescindible no tenía ni traducción ni edición en español (qué vergüenza)... y los volúmenes publicados por Minotauro (con una traducción bastante esmerada aunque no incluían las ilustraciones de Peake), ya están completamente descatalogados y en el mercado de segunda mano los ejemplares son MUY escasos.
Por supuesto, no hay nada imposible, y en internet circulan numerosas versiones en epub y pdf (el que no se consuela es porque no quiere) aunque hay que andarse con ojo con las traducciones, por supuesto.


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Titus es el septuagésimo séptimo heredero de una cumbre que se desmorona, de un mar de ortigas, de un imperio de roja herrumbre, de las huellas del ritual, que se hunden en la piedra hasta los tobillos.
Gormenghast.
Ensimismada y ruinosa, cavila en la sombra: la mampostería inmemorial, las torres y los pasadizos. ¿Todo se desmorona? No. Un céfiro sopla por una avenida de chapiteles, un pájaro canta, un arroyo brota impetuoso de la corriente asfixiada. En el corazón de un puño de piedra se agita una mano de muñeca y su calor se rebela contra la palma yerta. Una sombra se desplaza. Una araña se mueve.
Y la oscuridad serpentea entre los personajes.




Estas letras pertenecen a un escritor, poeta e ilustrador inglés que falleció de manera prematura, dejando sin finalizar la extensa obra que tenía en mente. Una obra muy poco conocida en nuestro país y que merece reivindicarse sin vacilación. Una obra que ha sido editorialmente ignorada en España de manera injusta e injustificada; una obra sin la cual la fantasía contemporánea no podría concebirse; que ha influido a multitud de artistas y escritores en más profundidad que otros nombres más celebrados (su contemporáneo Tolkien, por ejemplo). Michael Moorcock o China Miéville, entre otros,  le rinden vasallaje sin pudor.
Y aunque fuera de nuestras fronteras, estemos refiriéndonos a un clásico entre clásicos que ha sido incluido por la revista The Times entre los mejores 50 escritores británicos de finales del s.XX; o que prestigiosos críticos literarios como Harold Bloom lo hayan adscrito a su canon, por estos lares sigue siendo desconocido e ignorado.

Ah, ¿que a quién nos referimos? Cierto, todavía no os lo hemos presentado. Esta Tabla Esmeralda la vamos a dedicar a Mervyn Peake y a su saga inconclusa de Gormenghast.

Autorretrato de Mervyn Peake


Mervyn Peake no fue solo un escritor, también fue poeta y pintor. De hecho, su obra pictórica y como ilustrador es muy reconocida. Hizo sobresalientes trabajos para autores como Stevenson, Coleridge o la Alicia de Carroll.

 
Alicia

También trabajó como corresponsal durante la Segunda Guerra Mundial, plasmando con sus trazos la barbarie con la que se topó incluso en campos de concentración.

 Peake ante el desastre

Mervyn Peake nació en 1911 en Kiling, China, hijo de misioneros, en un momento bastante convulso del país asiático. La dinastía Qing había sido definitivamente derrocada, y en ese ambiente de la antigua tradición y protocolos imperiales en franca decadencia, ciudades fortificadas de muros impenetrables, cometas, linternas y procesiones callejeras, el pequeño Peake fue empapándose. 
Su experiencia bélica, indudablemente, también lo marcó, volcando la recurrente temática de la muerte y la decadencia en su obra literaria. Y es lo que encontramos, por supuesto, en Titus Groan, Gormenghast y Titus Alone sin lugar a dudas.
Con esta trilogía, aunque quedara truncada, renovó las bases de la fantasía gótica, introduciendo al lector en un mundo barroco, denso, surrealista, completamente insano.
Lo grotesco, lo bizarro, se aunaron bajo su pluma con la sátira y la descripción minuciosa, casi paranoica, al estilo Dickens de una galería de personajes más propia del Freaks de Tod Browning.
La intrincada psicología y riqueza simbólica no hacen mas que aumentar una atmósfera ya de por sí enrarecida y decrépita.
El conjunto es tan hermoso como angustioso, fascinante y asfixiante; y totalmente descorazonador. Porque aunque se trate de una obra considerada de fantasía, no hay criaturas fantásticas ni magia. Bueno, quizás los remanentes de una magia que quizás existió, sean las ceremonias, los rituales, que son los ajados cimientos de una realidad que se derrumba.

Pero en realidad esta falsa trilogía es inclasificable
¿Es una obra de ciencia-ficción distópica? Podría ser también, Titus Alone encaja en el género a la perfección, aunque nunca llegaremos a saber cuáles eran las intenciones de Mervyn Peake ni hasta dónde quería llevar su historia.




A pesar de que la trilogía de Gormenghast posea un tono oscuro y retorcido, Mervyn Peake fue un tipo amigable, de vivo ingenio, romántico y amante de su esposa y sus hijos.
Peake era un artista exuberante y de talento, cuya carrera quedó interrumpida para siempre por la enfermedad.
Mervyn Peake murió en 1968 cuando contaba sólamente con 57 años. Su dolencia, que no fue ni diagnosticada ni comprendida en su tiempo, fue un reclamo sensacionalista de algunos periodistas y detractores para otorgar un halo morboso a su obra y desprestigiarla, como si toda ella fuera resultado de su enfermedad. Ciertamente, la salud mental de Peake se deterioró profundamente, sufría de alucinaciones, delirios, así como de problemas cognitivos serios, parkinsonismo y desmayos. La terapia electro-convulsiva a la que fue sometido no ayudó en nada, ya que en realidad Mervyn Peake padecía una enfermedad neurodegenerativa que hasta hace pocos años no había sido siquiera descrita: demencia de cuerpos de Lewy.

Su dolencia no le permitió finalizar su obra cumbre, la historia de Titus Groan, septuagésimo séptimo conde de Groan y heredero de la inmensa mole de Gormenghast.
Peake nos legó Titus Groan (1946), Gormenghast (1950) y Titus Alone (1959). Esta última novela fue reeditada en 1970 gracias al trabajo de Langdon Jones, amigo personal de Peake, que recuperó textos que habían sido mutilados y eliminados de la chapucera primera edición. Hay que tener en cuenta que cuando Titus Alone se publicó por primera vez, Peake ya tenía avanzada su enfermedad. Es por ello que muchos opinan que quizás Titus Alone posea más de la dolencia de Peak que de su talento.

Existe una novela corta, Chico en la oscuridad (1956) que pertenece también al mundo de Gormenghast, en concreto al segundo volumen.


Manuscrito e ilustración de Peake


Gormenghast es un enorme y laberíntico castillo encaramado a una mole de roca. Es el territorio y feudo de los Groan (en inglés gemido o gruñido), una dinastía noble aislada y excluida del resto del mundo, inmersa y absorbida por ella misma en una grotesca atmósfera endogámica y ciega; temerosa y encadenada a la tradición, ceremonia y rituales más absurdos.

Titus Groan comienza con el nacimiento del heredero de Lord Sepulcravo y Lady Gertrude, un niñito de hermosos ojos violetas, que crecerá rodeado de decenas de servidores, un séquito de excéntricos cortesanos y el desapego absoluto de sus padres. Una madre únicamente preocupada por sus gatos blancos y los pájaros; algunos de ellos incluso han hecho sus nidos entre las marañas de sus cabellos pelirrojos. Un padre encerrado en su biblioteca, eludiendo sus responsabilidades como gobernante y que lentamente va enloqueciendo, creyéndose estar metamorfoseando en búho. 
Y como antagonista aparece el maravilloso personaje de Steerpike o Pirañavelo, un pinche de cocina que, con su inteligencia maquiavélica, decide hacerse dueño de su propio destino, superando su rol social y rompiendo los preceptos y bases del mundo de Gormenghast para intentar convertirse en el Maestro del Ritual.
Pirañavelo es héroe y villano, un revolucionario que se convierte en criminal, víctima del miasma de Gormenghast como lo son todos los demás... salvo Titus.

 Fuchsia Groan por Mervyn Peake

Mención aparte creemos que merece el personaje de Fuchsia, la hermana mayor de Titus, y que permanece ignorada por casi todos en el castillo. Es mujer, no puede ser hederera, no tiene poder. Fuchsia Groan es una adolescente caprichosa, con frecuentes estallidos de rabia pero que en realidad esconde un corazón dulce y amable; se evade de la realidad escondiéndose en su ático secreto para abandonarse a la ensoñación y a la lectura de cuentos fantásticos. Fuchsia sueña con que la amen... pero Gormenghast no es el lugar más adecuado para el amor.




Titus Groan como libro despliega ante los ojos del lector un abanico de personajes caricaturescos al más puro estilo del esperpento de Valle-Inclán, donde lo absurdo, el drama, la parodia y el horror se dan la mano.
Todo esto mediante un estilo muy visual (no en vano Peake era ilustrador), descriptivo y meticuloso hasta casi la exasperación. Como una pintura de Brueghel el Viejo o el Bosco.
Titus Groan fue prologado nada más y nada menos que por Anthony Burgess. Peake contaba con admiradores de la talla de Dylan Thomas o Graham Greene, aunque su reconocimiento no llegó hasta después de su muerte.

En el segundo libro, Gormenghast, Mervyn Peake nos relata la niñez y adolescencia de Titus, de la opresión de una sociedad anclada en el pasado y los rituales vacíos, que provocan pavor en nuestro protagonista. También nos cuenta sobre el fracaso de la voluntad de Pirañavelo.

No es un mensaje optimista el que nos quería transmitir Mervyn Peake, sino la agonía y desmoronamiento de un mundo sumergido en el crepúsculo.

En el tercer libro, Titus Alone o Titus Solo, el personaje principal emerge al mundo exterior. De una realidad pre-industrial nos topamos con elementos de alta teconología como videoconferencias, rayos asesinos y... científicos. La sexualidad anteriormente reprimida, se desborda. Es un salto enorme respecto a las dos anteriores novelas, lo que la hace menos comprendida y subraya las dudas sobre la estabilidad mental de Peake mientras la escribía.
Es evidente que Peake plasmó en Titus Alone sus propios temores, haciendo que su protagonista dudara entre lo que es real o no; y la atmósfera en general es más extraña si cabe, que en sus predecesoras. Titus Alone está más cerca de Lord Dunsany o Philip K. Dick... sobre todo de este útlimo, que sobre desgarros mentales sabía también un poco.

En Titus Alone Peake expresa que, tanto el arraigo al pasado y la tradición como el aferrarse al futuro como vía de escape, es estúpido y peligroso.

En 2011, centenario del nacimiento de Peake, se publicó Titus Awakes, con esbozos que dejó el autor sobre lo que le habría gustado que fuera su cuarto libro. Los textos fueron recopilados y engarzados por su viuda, la también pintora Maeve Gilmore.

La saga de Gormenghast es muy querida fuera de España y ha tenido múltiples adaptaciones, incluso una ópera.
En radio ha sido dramatizada profusamente en diversos países a lo largo del tiempo, y en el año 2000, la BBC produjo una miniserie muy recomendable donde se estamparon los dos primeros libros. Christopher Lee, que no se pierde una, hacía aparición en ella; así como Jonathan Rhys-Meyers interpretando a un Pirañavelo memorable.



¿Y cómo se pueden conseguir estos libros? Es una buena pregunta, porque en castellano la cosa está algo complicada de momento. 
Lo ideal es que si tenéis la pericia suficiente en inglés, os hagáis con ellos en la lengua original. Si no es así, simplemente comentaros, para que os hagáis una idea, que hasta hace escasamente 10 años, esta saga imprescindible no tenía ni traducción ni edición en español (qué vergüenza)... y los volúmenes publicados por Minotauro (con una traducción bastante esmerada aunque no incluían las ilustraciones de Peake), ya están completamente descatalogados y en el mercado de segunda mano los ejemplares son MUY escasos.
Por supuesto, no hay nada imposible, y en internet circulan numerosas versiones en epub y pdf (el que no se consuela es porque no quiere) aunque hay que andarse con ojo con las traducciones, por supuesto.


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