En este Año del Señor de 2012, en este año que vivimos peligrosamente... según las ominosas profecías mayas algo va a suceder. La cantinela se ha estado oyendo durante años y, por fin, tras alcanzar el fatídico año y a falta de unos meses para llegar a la fecha exacta, en realidad muy poco o nada se ha dicho de los artífices de las profecías.
Así que desde la Tabla Esmeralda, vamos a homenajear a este pueblo como realmente merece, hablando de su obra cumbre literaria, quizás la más importante de la literatura mitológica americana: el Popol Vuh, comparable por su complejidad y belleza a los textos antiguos mesopotámicos, egipcios o griegos.
Lo primero de todo es hacerse la pregunta más obvia: ¿Qué es el Popol Vuh?
El Popol Vuh podría considerarse las Escrituras Sagradas del pueblo maya que habita la región guatemalteca del Quiché. Pero es importante resaltar que los textos reflejan una serie de creencias que se extendían y eran comunes en las tierras bajas tropicales de Centroamérica, lo que se denomina Mayab o Área Maya. Sus límites geográficos, evidentemente, no coinciden con los de un país contemporáneo, sino que se extienden entre México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice.
El Popol Vuh, como casi todos los textos de índole religiosa de la antigüedad. refleja un pensamiento que se transmitía oralmente; y los mayas, como sociedad letrada, fijaron esas creencias en prosa versificada. El libro original en jeroglífico, que correspondería al periodo post-clásico, lamentablemente desapareció. Fue transliterado a caracteres latinos, como medida de salvaguarda y protección, disfrazando sus contenidos con las vestiduras de los conquistadores. Y de ahí traducido al español en el s. XVII.
No hay que olvidar que existían personajes como el franciscano Diego de Landa, que destruían todo lo que se considerara idolatría. A causa de la intervención de este auténtico salvaje hemos perdido libros mayas prehispánicos de valor incalculable, pues a su parecer "no tenían cosa en que no hubiese superstición y falsedades del demonio".
Gracias, Diego de Landa.
Hay que tener muy presente que, la documentación iconográfica hallada en la cerámica o relieves, a pesar de que respalda indudablemente los contenidos del Popol Vuh, también expresan un ciclo mitológico mucho más extenso y complejo.
Aún así, el Popol Vuh, no solo compila las creencias del periodo post-clásico del que es contemporáneo, sino que nos retrotrae casi un milenio haciéndonos testigos de la vinculación religiosa entre zonas muy distantes entre sí. A su luz la interpretación de los materiales arqueológicos adquiere una dimensión prodigiosa. El pueblo quiché, creador del Popol Vuh, seguramente obtuvo y asentó sus tradiciones en las tierras bajas que corresponderían a los actuales estados mexicanos de Tabasco, Campeche o Chiapas; y fueron compartidas con las gentes de los reinos clásicos de Calakmul, Palenque o Tikal.
Y tampoco debemos olvidar que el Popol Vuh es literatura, con lo cual hay que atender, no solo a lo que dice, sino cómo lo dice y su profundo simbolismo que trasciende la mera experiencia formal.
Para abordar el Popol Vuh es necesario además poseer unas mínimas nociones de la idiosincrasia del pueblo maya, su historia, cultura y mentalidad. Y aún así, su interpretación no será fácil... y filtrada por nuestra propia visión del mundo actual.
¿Y quién fue el responsable de que ahora podamos acceder al conocimiento que el Popol Vuh contiene? Pues el dominico Fray Francisco Ximénez, nacido en Écija y que llegó al Nuevo Mundo en 1688.
Fue instalado como párroco de la actual población de Chichicastenango, en las montañas del Quiché de Guatemala; y se esmeró especialmente en el conocimiento del idioma cakchiquel.
El dominico estaba completamente fascinado por su descubrimiento e hizo todo lo que estuvo en su mano para preservarlo, incluidas dos traducciones distintas, de las cuales no estaba satisfecho.
Él mismo comenta que existían varios libros del Popol Vuh en circulación, que sus contenidos eran conocidos de memoria por los indígenas y que tenían similitudes con la fe católica.
Pero no hay que dejarse llevar por las apariencias, las hipótesis peregrinas de las pretendidas llegadas de Cristo a América en un pasado, están fuera de lugar; y la plausible influencia cristiana a través de Ximénez en el Popol Vuh, hasta con un análisis superficial del libro, caen por su propio peso, ya que son en realidad escasas y refutables.
Gracias a Ximénez el Popol Vuh no es un completo desconocido aunque no tuvo el reconocimiento internacional hasta el s XIX, con la versión del abate Brasseur de Bourbourg, que le otorgó el nombre además por el que es mundialmente conocido y que significa "libro de la comunidad".
¿Cómo enfrentarnos a la lectura e interpretación de las ideas religiosas del Popol Vuh?
Con una serie de nociones básicas para empezar... y olvidándonos por completo de todo lo que tenga relación con augurios apocalípticos o visitas de inteligencias extraterrenas.
El Popol Vuh se divide en tres bloques principales:
el primero contiene la cosmogonía y teogonías mayas
el segundo el peligroso viaje iniciático de los gemelos divinos Hunahpú e Ixbalanqué al Inframundo, a Xilbabá
y el tercero la creación del hombre y las dinastías reales
El tema central, no en vano, es el descenso a los Infiernos de los héroes, la κατάϐασις y posterior ανάβασις, con el fin de vencer a la muerte y permitir la regeneración y continuación de la Vida. El descenso del Sol al Inframundo, que con total claridad aparece en otros ciclos mitológicos como el mesopotámico, egipcio o griego.
Pero la concepción de Inframundo y muerte, no es la misma que hemos heredado nosotros de las antiguas civilizaciones occidentales.
Xibalbá, que es el nombre que recibe entre los mayas, a pesar de ser un lugar de penumbra y peligro, es un emplazamiento físico y mental a la vez. Un espacio ontológico donde reina lo absoluto, una categoría existencial que da cobijo a la sabiduría ancestral y a los mismísimos dioses mayas. Sin Xilbabá, que es el germen del cual surge lo existente, no puede haber Universo, pues Xilbabá sostiene la realidad entera.
Xilbabá representa la muerte como condición indispensable de todo renacer, es el Otro lado del Espejo, de características surrealistas. A Xibalbá van todos los seres humanos al morir, sin excepción, no hay un Cielo o un Purgatorio, todo es un único Otro Mundo, un país subterráneo al que se podía acceder también en vida. ¿Cómo? A través de los sueños o alterando la conciencia mediante el autosacrificio corporal o las drogas.
También es importante señalar que para los mayas la muerte, el descenso a Xibalbá, no era irreversible ni ponía fin a la existencia. La muerte formaba parte del ciclo de todo lo viviente, cuyo principal símbolo era el maíz. Este concepto cíclico daba a entender que no se vivía eternamente... pero tampoco se moría para siempre. Muerte y Resurrección. Aunque cada renacimiento fuera siempre distinto. Lo único perpetuo es el ciclo en sí, y a él están sujetos hombres, animales, dioses... todo.
Ese orden cósmico además debía respetarse y procurar su inalterabilidad. El Orden para los mayas era sinónimo de inteligibilidad y aplicarlo era darle significación al Universo. La única manera de llegar a esta conclusión, a este conocimiento, es a través de la Religión. La Religión vertebra la sociedad y mundos mayas.
La forma de mantener este orden cósmico es mediante el dolor, el sufrimiento, la muerte. Y es el derramamiento de la sangre humana, del fluido que representa la Vida, la "gasolina" que mantiene el Cosmos en marcha, alimentando al "motor", los dioses, que representan las fuerzas de la Naturaleza. Esas fuerzas eran las que proveían de lluvia, victorias en la batalla, descendencia o maíz al hombre, así que se les servía con fervor y completa dedicación.
De todas formas no hay que confundir las ofrendas de sangre con los sacrificios humanos. Estos últimos, por decapitación o cardiotomía, dependiendo del rito que se celebrara, estaban más relacionados con la guerra y el control sobre la población. Las víctimas eran elegidas con sumo cuidado y era un motivo de orgullo.
Y todo esto nos lleva a la importancia trascendental del ser humano en el gigantesco engranaje del Cosmos. Sin los hombres, los dioses no existirían, pues son pensados, ideados, nombrados y adorados por ellos. La visión del mundo maya es antropocéntrica.
El hombre tiene la misión de mantener y organizar el mundo, pero también es cierto que el hombre solo merece ser considerado como tal cuando es capaz de realizar esta tarea.
Si no logra una comunicación fluida con las divinidades, si no las sirve de la manera adecuada para preservar el Cosmos, es eliminado. Y así aparece en el Popol Vuh.
Antes de nuestra humanidad actual, hubo anteriores como los muñecos de palo, cuyos descendientes son los monos. Como no supieron cumplir bien su trabajo, como no adoraban a los dioses, fueron apartados y destruidos.
Sin religión, el hombre pierde su sentido y lugar en el mundo.
Esta religión, este sistema de creencias, plasmado claramente en el Popol Vuh, era un cosmoteísmo mezclado con politeísmo y una faceta mistérica que puede recordar a los cultos eleusinos de la Grecia antigua.
Y como intermediario entre el hombre y las divinidades se alzaba el Rey. Sin él, la comunicación con las fuerzas del Cosmos era imposible. De hecho muchos reyes eran considerados progenie de los dioses, lo que acrecentaba su importancia en la maquinaria cósmica. Las ofrendas de sangre de los reyes eran especialmente valiosas.
Esta sociedad fuertemente religiosa y comprometida profundamente con su cometido cósmico de custodiar el Universo, es natural que se centrara en la observación y estudio del elemento enemigo de la perpetuidad: el Tiempo.
El pueblo maya, para intentar lograr su abolición, especuló con el concepto de Infinitud. Son muy conocidas sus proezas matemáticas en cálculos cronológicos o el uso de la cifra 0, pero todo iba encaminado a conocer los efectos de un presente perenne, un mundo sin tiempo. La creación de laberintos o el alcanzar estados alterados de conciencia mediante sangrías, severos ayunos o la ingestión de drogas, buscaban también ese propósito: la suspensión del tiempo.
El Popol Vuh, como expresión de las creencias del antiguo pueblo maya, es un libro sagrado que trata de dar explicación y sentido a su Universo. En sus relatos literarios, como sucede en todos los mitos, podemos hallar los ecos de antiguos sucesos históricos y la resolución a los misterios de la Naturaleza como el de la muerte. Y a veces son similares a los de otras culturas. Eso no quiere decir que hubieran estado en contacto con ellas, de hecho la probabilidad es casi nula, pero muestra de forma diáfana como los seres humanos hemos tendido a encontrar explicaciones análogas para los mismos enigmas.
Si uno se acerca al Popol Vuh llevado por la actual moda maya, no lo está respetando lo suficiente y, seguramente, no consiga comprender el alma de este pueblo mesoamericano. No es un libro de profecías o sobre el que frivolizar, es el legado cultural y religioso de un pueblo profundamente espiritual del cual todavía nos queda muchísimo por aprender y descubrir.
Hola, disculpa ante todo esta intromisión, y más para hacerte la consulta que quiero hacerte. Ante todo: me encanta tu blog, es difícil encontrar cosas sobre este tipo de literatura tan especial. Así que te leo con mucha frecuencia, enhorabuena y, por favor, sigue deleitándonos.
ResponderEliminarY ahora viene la consulta. Ya sé que no es el lugar más adecuado para hacerla, pero no se me ocurría otra forma. Verás. En DL hay una sección llamada "Ser humano" en la que suena una canción (tipo rap o hip hop) que habla de las miserias de los Hombres. ¿Sabes a qué grupo pertenece y cuál es su título? Inmediatamente después de esa canción se pone el audio de un fragmento de una película en la que dos personas hablan de que lo que les han enseñado en el instituto son tonterías... ¿te suena? Muchas gracias por intentar orientarme, te lo agradezco un montón e insisto en pedirte disculpas por no ser este el lugar más adecuado para realizar estas preguntas.
Muchas gracias y sigue así.
No te preocupes, es un placer ayudarte :) Te dejo el link de la canción por la que preguntas: http://youtu.be/bpvQpIkCTnQ así matamos dos pájaros de un tiro y nos aseguramos de que sea ese el tema por el que preguntas ;)
ResponderEliminar¡Muchas gracias por leerme! ¡Abrazo!
Muchísimas gracias. Como ves, no estoy muy puesto en rap, sigo escuchando pop/rock indie desde los 80 para acá y me he perdido toda la movida rapera. Así que te lo agradezco. He oído hablar muy bien de este músico a mis alumnos/as, la verdad es que parece que se sale de lo habitual y sus letras parecen bastante más elaboradas que la media del estilo.
ResponderEliminarTe lo agradezco enormemente.
Una última pregunta... ¿sabes algo acerca de la película (el fragmento que se oye justo después de esta canción en la sección "Ser Humano")? Es esa en la que dos personas hablan sobre lo que les han enseñado sobre Historia en el Instituto. ¿Te suena? El caso es que sé que he visto esa película pero, por más que lo pienso, no caigo en cuál es.
Gracias por tu ayuda. Por favor, sigue con el blog.
¡Hola de nuevo Juan-Luis!
ResponderEliminarEl fragmento de audio por el que preguntas no corresponde a una película, sino a una serie televisiva de la productora HBO. De hecho, fue su primera producción. La serie se llama OZ y estuvo en antena desde el año 1997 hasta 2003, con seis temporadas. Te dejo un enlace (de nuevo) de youtube para que veas un poco de qué iba la serie: http://youtu.be/ntsVL8aUt-c
¡Nos leemos! :D
¿Sabes si sería posible contactar con los responsables de esa sección del programa (los de "Ser Humano")?
ResponderEliminarAnda que no soy pesado ni nada...
Por cierto, ¿hay algo sobre una posible continuación de DL?
Saludos y mil perdones...
Sin problema, no hace falta q ue te disculpes :) La mejor manera de contactar conSer Humano es enviando un correo electrónico a la dirección general del programa dimensionlimite@gmail.com, indicando que va dirigida a esa sección en particular que coordinan tanto Alicia como David. Si necesitas cualquier otra cosa, ya sabes ;) ¡Saludos!
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