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23 de abril de 2011

Tarot, ¿el libro de Toth?

Cierto, el título de esta entrada de la Tabla Esmeralda es capcioso porque el Tarot no es una especie de compendio del arcano y misterioso Libro de Toth
No vamos a entrar aquí en lo que sería ese enigmático volumen del cual se dice que fue escrito poco después del Diluvio universal por el escriba de los dioses, el dios de Hermópolis Toth, y que contenía secretos de poder incalculable permitiendo a su dueño dominar los elementos, astros, conocer el lenguaje de los animales o resucitar muertos entre otros prodigios. 
Multitud de charlatanes en todas las épocas clamaban poseerlo (y algunos de ellos ardieron por manifestar su tenencia) y a pesar de que existen alusiones a él en distintas fuentes a lo largo del tiempo, nunca ha aparecido ni una pequeña fracción de él.
Sentimos decepcionaros. 
De momento, el único Libro de Toth (1944) es el confeccionado por Aleister Crowley que resulta ser una introducción al manejo de su, por entonces, recién diseñado tarot, ilustrado por Lady Frieda Harris.

Harris & Crowley de paseo

La vinculación de la baraja del Tarot y el Antiguo Egipto provino en realidad de un pastor protestante francés, Antoine Court de Gébelin, que en su obra Le Monde primitif, analysé et comparé avec le monde moderne (1782) reconstruyó una hipotética historia de las cartas, sin suministrar ningún tipo de evidencia histórica, asignándoles una ascendencia mística: sacerdotes egipcios habrían destilado la insondable sabiduría del Libro de Toth en las 22 figuras de los Arcanos Mayores. De ahí a la difusión de tan exótica y apetitosa teoría entre los círculos esotéricos y más adelante entre el pueblo, sólo había un pequeño paso, dándolo sin hesitar Jean François Alliette Etteilla un año después. Pero ésto es adelantarnos a nuestros propósitos porque, ¿qué es el Tarot?, ¿de dónde procede en realidad?

Pues en la actualidad, el Tarot es un mazo de 78 cartas (puede variar el número) donde se diferencian los llamados TriunfosArcanos Mayores (22 figuras) y Arcanos Menores (56 naipes). Los Arcanos Menores son las cartas numerales divididas en los cuatro palos que conocemos (oros, copas, espadas y bastos) y sus respectivas cartas de la corte (sota, caballo, rey) ampliadas respecto a la baraja común española con la figura de la reina. Los Triunfos Mayores, ya no tan conocidos, representan escenas y figuras muy concretas de gran riqueza simbólica a las que se les ha otorgado incluso valores arquetípicos (Carl Gustav Jung).
Su uso más común es el de la adivinación, la denominada cartomancia, aunque este fin germinara de manera tardía, s. XVIII, si lo comparamos con otras mancias de más solera (astrología, oniromancia, lecanomancia...). Existen multitud de variedades en lo que se refiere a los diseños e ilustraciones del Tarot, pero todas tienen en común las características generales que hemos indicado. Esta homogeneidad contemporánea entre las distintas barajas no era así, lógicamente, en su nacimiento.

Ladies and gentlemen: tarot de Star Wars!!


No se conoce ni fecha exacta ni autor concreto para el origen del Tarot, aunque sí la época aproximada. Tanto las cartas numerales como los Triunfos, debieron aparecer a principios del s XV con el desarrollo de la xilografía, la producción de papel, el estampado, la técnica del huecograbado, etc.
Los países involucrados en este alumbramiento tan peculiar fueron Italia, España, Francia y Alemania, aunque en éste último es donde tenemos atestiguadas las primeras cartas numerales con sus respectivas insignias: bellota, cascabel, hoja y corazón. También por entonces Italia comenzó a fabricar barajas de cincuenta cartas o naibi con fines pedagógicos. Estos naibi tenían un precedente en las cartulinas o carticellas que en el s XIII algunos maestros de la península itálica utilizaban para instruir a los niños en las virtudes cristianas. Pronto este juego infantil de imágenes de espíritu didáctico trocó en una serie de figuras alegóricas para los adultos, perfectas para jugar solitarios o apostar. Así es como la unión entre las cartas numerales y los naibi formaron el juego del Tarot
Los nombres que reciben por entonces no son Arcanos, sino cartas lombardas para los Triunfos Mayores y cartas sarracenas para las numerales.
Las primeras barajas de Tarot atestiguadas emergen en el norte de Italia: Bolonia, Milán, Venecia, Ferrara. Los mazos más antiguos que se conservan son el llamado tarot Visconti-Sforza, producidos sobre 1451 por encargo del Duque de Milán Philippo Maria Visconti, y que usaban diariamente en su familia para jugar.

La Papisa del mazo Visconti-Sforza

Otro mazo de naipes una década posterior (1465) es el conocido como Tarot de Mantegna, que no es propiamente un tarot ni tampoco obra del artista renacentista Andrea Mantegna. Pero resulta altamente interesante ya que en esta baraja es elocuente el origen instructivo y educacional de los naipes. 
Nos encontramos con un mazo compuesto de 50 grabados que reproducen la noción medieval y aristotélica del Cosmos, a través de cinco grupos diferenciados que van progresando
I-     Condiciones humanas (el mendigo, el artesano, el mercader... hasta llegar al Papa), 
II-   Apolo y las musas (Calíope, Urania, Terpsícore... hasta llegar a Apolo)
III-  Las artes liberales (Gramática, Lógica, Retórica hasta llegar a la Teología)
IV- Los principios cósmicos y las virtudes cristianas (Astronomía, Cronología, pasando por la Templanza, la Fuerza, la Justicia hasta llegar a la Fe) 
V-   Los cuerpos celestes (la Luna, Mercurio, pasando por Saturno, la Octava Esfera hasta alcanzar Il Primo Mobile y la Prima Causa)

¿Alguien reconoce algo? ¿Quizás el Carro, el Loco...?

En el mismo siglo también aparecen dos variedades más de tarot: el tarocchino de Bolonia y el minchiate de Florencia. Los fabricantes de barajas compitieron entre sí y tuvieron como estandartes la pericia de artistas como Antonio Cicognara y Marzano da Torona, de estilo bizantino y preciosista, de clara orientación humanista como el resto de sus colegas del Trecento.
Se consideraba un símbolo de prestigio social el poseer un mazo de Tarot y los juegos de cartas se extienderon bastante a pesar de las prohibiciones y amonestaciones reales y eclesiásticas. En el s XVI empezaron a realizarse los primeros juegos de prestidigitación con ellas pero no es hasta mediados del s XVIII que su uso como arte adivinatoria comienza.

Es Etteilla (1738-1791) el que asentó las bases de la cartomancia y su vertiente mercantil. Codificó la metodología de las tiradas, escribió varios libros, se autoproclamó el maestro de todos los cartomantes, fundó una Escuela de Magia donde impartía cursos públicos gratuitos tres veces por semana y daba clases particulares a domicilio también. Fue además pionero en las tiradas a distancia: realizaba lecturas por correspondencia.
Él fue el responsable de difundir la extravagante trola del origen egipcio del Tarot en su libro Manière de se recréer avec le jeu de cartes nommées tarots (1783) donde afirmaba sin pudor 40 años antes de que Champollion gritara je tiens l'affaire!
"...aquí entrego la clave de los setenta y ocho jeroglíficos que hay en el Libro de Toth, obra compuesta en el año 1828 de la Creación, 171 después del Diluvio".
No hay duda de que hizo de su actividad una profesión y añadiremos muy lucrativa, que se mantiene hasta nuestros días; sus tarifas además eran públicas, oscilaban según el trabajo de 3 a 50 libras.

A partir del peluquero Etteilla (aunque no es cierto que fuera peluquero en realidad) todo cambió para esa baraja de cartas de ánimo renacentista
Marie Anne Lenormand, Éliphas Lévi, Jean Alexandre Vaillant o Papus, ya en el s XIX, continuaron las huellas de Jean François Alliette, criticando, reformando y aumentando su legado. Éliphas Lévi relacionó tarot con Cábala (quizás inspirado por el erudito francés Guillaume Postel) repartiendo a cada Arcano Mayor una letra del alefato y atribuyéndole como ascendencia un desaparecido texto sagrado del patriarca Enoch. Vaillant les otorgó una procedencia más curiosa todavía: la Biblia Bohemia (s XV-XVI), que argumentaba era anterior incluso al Antiguo Testamento.
Se podría hacer más larga la lista sobre peregrinas hipótesis sobre el origen del Tarot (gitanos-India, gitanos-Egipto...), pero sería perder el tiempo. El Tarot es europeo, no oriental, y posterior al cristianismo.
Los mismos naipes, con sus imágenes y simbología, lo expresan manifiestamente. 
Un ejemplo meridiano es la carta de la Sacerdotisa o Papisa: se trata de una referencia directa a la Papisa Juana del s IX, que se dice dirigió la Iglesia bajo el nombre de Juan VIII. Su insólita leyenda no se aprovechó realmente hasta el s XIII, y la confirmación la tenemos en que no es representada en las cartas con el bonete frigio que le correspondería por época, sino con la tiara trirreina que se instauró precisamente en el s XIII. 
Y muy importante: un cabalista nunca hubiera imaginado una Papisa, ni hubiera admitido una mujer desnuda dentro de una almendra mística como representación de la carta de El Mundo.

El germen del Tarot está íntimamente relacionado con el de las cartas numerales, y aunque podrían buscarse reminiscencias menos incoherentes como una procedencia china, no hay de momento ningún vestigio o testimonio que así lo pueda atestiguar y ratificar. El que el Tarot posea una raíz más cercana en el tiempo de lo que a muchos les gustaría por cuestiones de reputación, no le quita atractivo a su historia verdadera. Las cartas son un testimonio cristalizado, diáfano y vivo de la Baja Edad Media y Renacimiento europeos, un valor que no se lo puede arrebatar históricamente nadie.

el pobre de Champollion currándoselo fino y otros subiéndose a la parra

Y como la cabra tira al monte, no he podido evitar la tentación de imaginarme (aunque comercialmente ya existan) unos Triunfos Mayores dedicados al mundo del cómic, en especial al universo de Marvel. He aquí mi lista, no especialmente meditada pero sí ideada con cariño:

El Loco: Spiderman



El Mago: Mister Siniestro

La Sacerdotisa: Dragón Lunar

La Emperatriz: Natasha Romanov (La Viuda Negra)

El Emperador: King Pin

El Sumo Sacerdote: Reed Richards

Los Enamorados: La Visión-Hombre Maravilla-Bruja Escarlata



El Carro: Capitán América

La Fuerza: Hulka

El Ermitaño: Doctor Extraño

La rueda de la fortuna: Irene Adler (Destino)

La Justicia: Master Order

El Colgado: Silver Surfer

La Muerte: Elektra Natchios



La Templanza: Profesor Charles Xavier

El Diablo: Madelyne Pryor

La Torre: Galactus

La Estrella: Long-shot

La Luna: Mística

El Sol: Fénix

El Juicio: Los Celestiales

El Mundo: Capitán Mar-Vell





Por supuesto, las elecciones son discutibles y seguro las hay mejores, así que os invito a que vosotros mismos confeccionéis la vuestra y si sois lo suficientemente osados, la publiquéis en los comentarios.

1 comentario:

  1. Interesante articulo.
    Y buena asignacion personajes-arcanos.

    ResponderEliminar

¡cuéntanos!

Tarot, ¿el libro de Toth?

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Cierto, el título de esta entrada de la Tabla Esmeralda es capcioso porque el Tarot no es una especie de compendio del arcano y misterioso Libro de Toth
No vamos a entrar aquí en lo que sería ese enigmático volumen del cual se dice que fue escrito poco después del Diluvio universal por el escriba de los dioses, el dios de Hermópolis Toth, y que contenía secretos de poder incalculable permitiendo a su dueño dominar los elementos, astros, conocer el lenguaje de los animales o resucitar muertos entre otros prodigios. 
Multitud de charlatanes en todas las épocas clamaban poseerlo (y algunos de ellos ardieron por manifestar su tenencia) y a pesar de que existen alusiones a él en distintas fuentes a lo largo del tiempo, nunca ha aparecido ni una pequeña fracción de él.
Sentimos decepcionaros. 
De momento, el único Libro de Toth (1944) es el confeccionado por Aleister Crowley que resulta ser una introducción al manejo de su, por entonces, recién diseñado tarot, ilustrado por Lady Frieda Harris.

Harris & Crowley de paseo

La vinculación de la baraja del Tarot y el Antiguo Egipto provino en realidad de un pastor protestante francés, Antoine Court de Gébelin, que en su obra Le Monde primitif, analysé et comparé avec le monde moderne (1782) reconstruyó una hipotética historia de las cartas, sin suministrar ningún tipo de evidencia histórica, asignándoles una ascendencia mística: sacerdotes egipcios habrían destilado la insondable sabiduría del Libro de Toth en las 22 figuras de los Arcanos Mayores. De ahí a la difusión de tan exótica y apetitosa teoría entre los círculos esotéricos y más adelante entre el pueblo, sólo había un pequeño paso, dándolo sin hesitar Jean François Alliette Etteilla un año después. Pero ésto es adelantarnos a nuestros propósitos porque, ¿qué es el Tarot?, ¿de dónde procede en realidad?

Pues en la actualidad, el Tarot es un mazo de 78 cartas (puede variar el número) donde se diferencian los llamados TriunfosArcanos Mayores (22 figuras) y Arcanos Menores (56 naipes). Los Arcanos Menores son las cartas numerales divididas en los cuatro palos que conocemos (oros, copas, espadas y bastos) y sus respectivas cartas de la corte (sota, caballo, rey) ampliadas respecto a la baraja común española con la figura de la reina. Los Triunfos Mayores, ya no tan conocidos, representan escenas y figuras muy concretas de gran riqueza simbólica a las que se les ha otorgado incluso valores arquetípicos (Carl Gustav Jung).
Su uso más común es el de la adivinación, la denominada cartomancia, aunque este fin germinara de manera tardía, s. XVIII, si lo comparamos con otras mancias de más solera (astrología, oniromancia, lecanomancia...). Existen multitud de variedades en lo que se refiere a los diseños e ilustraciones del Tarot, pero todas tienen en común las características generales que hemos indicado. Esta homogeneidad contemporánea entre las distintas barajas no era así, lógicamente, en su nacimiento.

Ladies and gentlemen: tarot de Star Wars!!


No se conoce ni fecha exacta ni autor concreto para el origen del Tarot, aunque sí la época aproximada. Tanto las cartas numerales como los Triunfos, debieron aparecer a principios del s XV con el desarrollo de la xilografía, la producción de papel, el estampado, la técnica del huecograbado, etc.
Los países involucrados en este alumbramiento tan peculiar fueron Italia, España, Francia y Alemania, aunque en éste último es donde tenemos atestiguadas las primeras cartas numerales con sus respectivas insignias: bellota, cascabel, hoja y corazón. También por entonces Italia comenzó a fabricar barajas de cincuenta cartas o naibi con fines pedagógicos. Estos naibi tenían un precedente en las cartulinas o carticellas que en el s XIII algunos maestros de la península itálica utilizaban para instruir a los niños en las virtudes cristianas. Pronto este juego infantil de imágenes de espíritu didáctico trocó en una serie de figuras alegóricas para los adultos, perfectas para jugar solitarios o apostar. Así es como la unión entre las cartas numerales y los naibi formaron el juego del Tarot
Los nombres que reciben por entonces no son Arcanos, sino cartas lombardas para los Triunfos Mayores y cartas sarracenas para las numerales.
Las primeras barajas de Tarot atestiguadas emergen en el norte de Italia: Bolonia, Milán, Venecia, Ferrara. Los mazos más antiguos que se conservan son el llamado tarot Visconti-Sforza, producidos sobre 1451 por encargo del Duque de Milán Philippo Maria Visconti, y que usaban diariamente en su familia para jugar.

La Papisa del mazo Visconti-Sforza

Otro mazo de naipes una década posterior (1465) es el conocido como Tarot de Mantegna, que no es propiamente un tarot ni tampoco obra del artista renacentista Andrea Mantegna. Pero resulta altamente interesante ya que en esta baraja es elocuente el origen instructivo y educacional de los naipes. 
Nos encontramos con un mazo compuesto de 50 grabados que reproducen la noción medieval y aristotélica del Cosmos, a través de cinco grupos diferenciados que van progresando
I-     Condiciones humanas (el mendigo, el artesano, el mercader... hasta llegar al Papa), 
II-   Apolo y las musas (Calíope, Urania, Terpsícore... hasta llegar a Apolo)
III-  Las artes liberales (Gramática, Lógica, Retórica hasta llegar a la Teología)
IV- Los principios cósmicos y las virtudes cristianas (Astronomía, Cronología, pasando por la Templanza, la Fuerza, la Justicia hasta llegar a la Fe) 
V-   Los cuerpos celestes (la Luna, Mercurio, pasando por Saturno, la Octava Esfera hasta alcanzar Il Primo Mobile y la Prima Causa)

¿Alguien reconoce algo? ¿Quizás el Carro, el Loco...?

En el mismo siglo también aparecen dos variedades más de tarot: el tarocchino de Bolonia y el minchiate de Florencia. Los fabricantes de barajas compitieron entre sí y tuvieron como estandartes la pericia de artistas como Antonio Cicognara y Marzano da Torona, de estilo bizantino y preciosista, de clara orientación humanista como el resto de sus colegas del Trecento.
Se consideraba un símbolo de prestigio social el poseer un mazo de Tarot y los juegos de cartas se extienderon bastante a pesar de las prohibiciones y amonestaciones reales y eclesiásticas. En el s XVI empezaron a realizarse los primeros juegos de prestidigitación con ellas pero no es hasta mediados del s XVIII que su uso como arte adivinatoria comienza.

Es Etteilla (1738-1791) el que asentó las bases de la cartomancia y su vertiente mercantil. Codificó la metodología de las tiradas, escribió varios libros, se autoproclamó el maestro de todos los cartomantes, fundó una Escuela de Magia donde impartía cursos públicos gratuitos tres veces por semana y daba clases particulares a domicilio también. Fue además pionero en las tiradas a distancia: realizaba lecturas por correspondencia.
Él fue el responsable de difundir la extravagante trola del origen egipcio del Tarot en su libro Manière de se recréer avec le jeu de cartes nommées tarots (1783) donde afirmaba sin pudor 40 años antes de que Champollion gritara je tiens l'affaire!
"...aquí entrego la clave de los setenta y ocho jeroglíficos que hay en el Libro de Toth, obra compuesta en el año 1828 de la Creación, 171 después del Diluvio".
No hay duda de que hizo de su actividad una profesión y añadiremos muy lucrativa, que se mantiene hasta nuestros días; sus tarifas además eran públicas, oscilaban según el trabajo de 3 a 50 libras.

A partir del peluquero Etteilla (aunque no es cierto que fuera peluquero en realidad) todo cambió para esa baraja de cartas de ánimo renacentista
Marie Anne Lenormand, Éliphas Lévi, Jean Alexandre Vaillant o Papus, ya en el s XIX, continuaron las huellas de Jean François Alliette, criticando, reformando y aumentando su legado. Éliphas Lévi relacionó tarot con Cábala (quizás inspirado por el erudito francés Guillaume Postel) repartiendo a cada Arcano Mayor una letra del alefato y atribuyéndole como ascendencia un desaparecido texto sagrado del patriarca Enoch. Vaillant les otorgó una procedencia más curiosa todavía: la Biblia Bohemia (s XV-XVI), que argumentaba era anterior incluso al Antiguo Testamento.
Se podría hacer más larga la lista sobre peregrinas hipótesis sobre el origen del Tarot (gitanos-India, gitanos-Egipto...), pero sería perder el tiempo. El Tarot es europeo, no oriental, y posterior al cristianismo.
Los mismos naipes, con sus imágenes y simbología, lo expresan manifiestamente. 
Un ejemplo meridiano es la carta de la Sacerdotisa o Papisa: se trata de una referencia directa a la Papisa Juana del s IX, que se dice dirigió la Iglesia bajo el nombre de Juan VIII. Su insólita leyenda no se aprovechó realmente hasta el s XIII, y la confirmación la tenemos en que no es representada en las cartas con el bonete frigio que le correspondería por época, sino con la tiara trirreina que se instauró precisamente en el s XIII. 
Y muy importante: un cabalista nunca hubiera imaginado una Papisa, ni hubiera admitido una mujer desnuda dentro de una almendra mística como representación de la carta de El Mundo.

El germen del Tarot está íntimamente relacionado con el de las cartas numerales, y aunque podrían buscarse reminiscencias menos incoherentes como una procedencia china, no hay de momento ningún vestigio o testimonio que así lo pueda atestiguar y ratificar. El que el Tarot posea una raíz más cercana en el tiempo de lo que a muchos les gustaría por cuestiones de reputación, no le quita atractivo a su historia verdadera. Las cartas son un testimonio cristalizado, diáfano y vivo de la Baja Edad Media y Renacimiento europeos, un valor que no se lo puede arrebatar históricamente nadie.

el pobre de Champollion currándoselo fino y otros subiéndose a la parra

Y como la cabra tira al monte, no he podido evitar la tentación de imaginarme (aunque comercialmente ya existan) unos Triunfos Mayores dedicados al mundo del cómic, en especial al universo de Marvel. He aquí mi lista, no especialmente meditada pero sí ideada con cariño:

El Loco: Spiderman



El Mago: Mister Siniestro

La Sacerdotisa: Dragón Lunar

La Emperatriz: Natasha Romanov (La Viuda Negra)

El Emperador: King Pin

El Sumo Sacerdote: Reed Richards

Los Enamorados: La Visión-Hombre Maravilla-Bruja Escarlata



El Carro: Capitán América

La Fuerza: Hulka

El Ermitaño: Doctor Extraño

La rueda de la fortuna: Irene Adler (Destino)

La Justicia: Master Order

El Colgado: Silver Surfer

La Muerte: Elektra Natchios



La Templanza: Profesor Charles Xavier

El Diablo: Madelyne Pryor

La Torre: Galactus

La Estrella: Long-shot

La Luna: Mística

El Sol: Fénix

El Juicio: Los Celestiales

El Mundo: Capitán Mar-Vell





Por supuesto, las elecciones son discutibles y seguro las hay mejores, así que os invito a que vosotros mismos confeccionéis la vuestra y si sois lo suficientemente osados, la publiquéis en los comentarios.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante articulo.
Y buena asignacion personajes-arcanos.

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