Para comenzar esta nueva andadura, hemos escogido a un autor japonés dedicado al manga con un estilo muy característico y único, amante de la crueldad y lo macabro de la naturaleza humana: Suehiro Maruo.
Mangaka nacido en Nagasaki en 1956, es bastante conocido entre especializados, apreciado y respetado, pero por las características de sus trabajos, no goza de gran popularidad y siempre causa controversia. Tuvieron que pasar 10 años hasta que pudo ver publicada su primera obra. Es autor de numerosos libros entre los que podemos detacar Midori: La Niña de las Camelias.
La obra en general de Suehiro Maruo no es apta para todos los públicos. Su estilo se puede encuadrar en el llamado muzan-e, una derivación bastante sangrienta del ukiyo-e. Su dibujo es clásico, refinado, preciosista e incluso infantil, de trazos delicados, lo que contrasta muchísimo con los argumentos que narra de gran crueldad y sadismo, repletos de sexo explícito donde todo tipo de parafilias aparecen sin pudor junto a un huracán gore y surrealista que hiere sensibilidades. Suehiro Maruo nos muestra la faceta más oscura y retorcida de la psicología humana sin complicaciones ni connotaciones morales de ningún tipo. Maruo no juzga, y según sus propias palabras: Lo que me gustaría es que los lectores viesen en mis obras lo que realmente son: la visión artística de un mal sueño.
Hoy nos vamos a centrar en la obra de 1999 La Sonrisa del Vampiro.
La historia de La Sonrisa del Vampiro para el lector habituado a Suehiro Maruo no resultará una sorpresa pero tampoco le va a defraudar y he ahí su originalidad: la visión del universo vampírico a través de los ojos de este autor, universo que se relaciona más con el Buñuel más brutal, La noche de los muertos vivientes o el Grand Guiñol francés finisecular, que con la habitual literatura vampírica.
La Sonrisa del Vampiro cuenta dos historias paralelas que acaban entrecruzándose:
El adolescente Mori que se ve arrastrado a la vida de vampiro, teniendo que abandonar su vida cotidiana de estudiante de secundaria y que une su existencia a la de una chica, Runa, de avatares bestiales a la que convierte en su compañera.
Otro adolescente,completamente perturbado y obsesionado con el vampirismo, que se dedica a cometer asesinatos cruentos y recopilarlos en un diario donde plasma su personalidad sociópata con esmerada pulcritud.
Todo ataviado con un exuberante dibujo en sobrio blanco y negro con fuertes contrastes de luces y sombras, aportando así mayor dureza y severidad a las perversiones, escatologías y apetitos desmesurados de los protagonistas.
No es una obra de lectura ligera aunque sea más gráfica que textual, porque sus contenidos, más que explícitos, van unidos a una bellísima riqueza de matices y detalles que contrastan con la ferocidad más salvaje.
+ info: Suehiro Maruo
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